Autors: Dani Campos y David Pintó. A partir de una historieta de Arthur Schnitzler. Dirección: David Pintó. Con: Albert Mora y Laia Piró.
“Una historia de amor epistolar”. Ese es el irónico subtítulo de La pequeña comedia de Arthur Schnitzler, el relato que Dani Campos y David Pintó han transformado en una comedia musical de cámara. A la burgesa reúne a dos diletantes de la ociosa buena sociedad vienesa de fin de siglo, dos abúlicos profesionales que matan su hastío entre engaños –la vida es un permanente carnaval– y el envío de cartas-confesionarios a lejanos amigos, igual de ociosos.
Dos personajes que merecen poca estima –como si los hubieran expulsado de La ronda–, aunque en el Teatre Akademia se hayan pulido sus aristas, sobre todo de la dama Josephine Weninger, una demi-monde de pasado menestral. La adaptación es elegante, con una partitura que es una agradable sucesión de citas de otros compositores, y con una simpática interpretación de Albert Mora y Laia Piró. Cantan, valsean y juegan a ser ricos-pobres (o viceversa) sin desfallecer en ninguna de estas facetas.