Sitges
© Carlos A. Oliveras
© Carlos A. Oliveras

Los 10 secretos esenciales para descubrir Sitges

Si pensabais que ya lo sabíais todo de este encantador rincón del mundo, esperad a ver las propuestas de esta lista

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Tan cerca de Barcelona y, a la vez, desconocida en cierto modo. La turística villa costera de Sitges es popular por su célebre festival de cine fantástico y de terror, pero hay muchos otros rincones típicos que tenéis que conocer. Reservad un momento del vuestro tiempo para descubrir restos arqueológicos insólitos, para probar licores autóctonos, para visitar el campanar de la iglésia de Sant Bartomeu o para observar la nueva palmera sitgetana. ¡Guardad fuerzas que comenzamos el recorrido!

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1. La villa del campanar

Hasta no hace mucho, subir al campanario de la iglesia de Sant Bartomeu, el emblema más popular de la villa, era un privilegio reservado a muy pocos. Desde hace unos años, Museus de Sitges organiza una visita guiada mensual –las entradas vuelan a la velocidad de la luzal interior de este templo de torres asimétricas construido en el siglo XVII. Preguntad por qué las campanas –que todavía se tocan a mano– tienen nombre de mujer.

2. El primero de todos

'Chiringo' se llamaba el café infusionado con una media que tomaban los trabajadores cubanos de la caña de azúcar. Con el diminutivo 'chiringuito', bautizaron en 1913 el restaurante de Sitges situado en el paseo de la Ribera que ha dado nombre a tantos quioscos junto al mar repartidos por toda la península.

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3. La bebida oficial

Ni la llegada de la filoxera ni la del champán acabaron con la malvasía, el vino de licor dulce que aparece en el análisis de sangre de todo sitgetano. La aparición de esta variedad de uva se remonta al siglo XIV aunque hay quien la sitúa antes. Sea como sea, en 1935 Manuel Llopis i de Casades, empresario de la villa, legó al Hospital Sant Joan de Sitges –institución hoy centenaria que funciona como geriátrico– las viñas que tenía y el negocio familiar de elaboración de malvasía, que todavía hoy se hace con la uva de las viñas sitgetanas de Aiguadolç y las mismas del Hospital, un oasis modernista en el centro del pueblo. También es suyo el Blanc Subur, vino ligero hecho con la misma uva. Para más sorbos autóctonos, id a La Sitgetana (Sant Bartomeu,10), la primera fábrica-bar de cerveza artesana de Sitges.

4. Durante 36 horas

Sant Bartomeu, patrón de Sitges, tiene que estar muy satisfecho con el tributo que le rinden cada año los sitgetanos: 36 horas de Fiesta Mayor que empiezan a las 12 del mediodía el día 19 hasta el 25 de agosto de cada año. 

A raíz de la pandemia del coronavirus, la Festa Major de Sitges sufrirá ciertos cambios para evitar aglomeraciones. Los bailes populares y los actos tradicionales quedan suspendidos por la seguridad de todos los asistentes. 

El Ajuntament de Sitges y la Comissió de la Festa Major estan trabajando para mantener el espíritu de esta fiesta, para poder disfrutarla con responsabilidad y sensatez. 

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5. Restos neandertales

No solo tiene el chiringuito, el primer Pachá del mundo y la primera pizzería de España. Sitges también dispone de uno de los restos humanos más antiguos de Cataluña: la mandíbula de un neandertal encontrada por el párroco Santiago Casanova en la cueva del Gegant, depositada en el Archivo Histórico de Sitges en 1998. ¿Sirve para afirmar que uno de los primeros catalanes era de Sitges?

6. Tocado y hundido

Y más restos arqueológicos: en septiembre se encontraron los restos de dos de losbarcos de guerra más importantes de la Europa del siglo XVII, enterrados a 800 metros mar adentro del Baluard. Son el galeón Guisa, nave de Luís XIII de Francia, y la Magdalena, nave capitana de Felipe IV de Austria. Ambas se hundieron el 1 de julio de 1642.

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7. El motivo de la discordia

Del xató se ha escrito literatura como para empapelar el paseo de la Ribera entero, en especial sobre el capítulo que se refiere a sus orígenes y a la eterna rivalidad entre Sitges yVilanova i la Geltrú. Lo más probable, apuntan los viejos sabios, es que todo esto fuera una estrategia de marketing para promocionar el plato. Los Rafecas, la familia que regenta desde 1963 el restauranteLa Nansa (Carreta, 24), explican su receta: escarola, bacalao desmigado, atún desmigado –¡nada de latas–, anchoas y olivas arbequinas. Y la salsa lleva pimiento choricero, almendra, avellana, pan tostado, anchoa, ajo –asado para evitar que pique–, vinagre y guindilla. Delicia.

8. Torre de pisa vegetal

La palmera de la rectoría es para Sitges lo que la Torre de Pisa es para los italianos. A causa de una fuerta ráfaga de viento el día 11 de enero del 2016, esta palmera centenária plantada entre el Ajuntament y la rectoria se venció. Pero los sitgetans no se dieron por vencidos y instalaron otra para continuar con este símbolo que les llena de orgullo. Esta vez es una palmera de la especie phoenix canariensis, la cual tiene 7 metros de largo i pesa más de 5.000 kg

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9. Camino al monasterio budista

En el Parque Natural del Garraf está el único monasterio budista de Cataluña, el claustroSakya Tashi Ling, fundado en 1996 en el Palau Novella. El sitios es impresionante y se puede ir caminando o en bicicleta desde el centro de Sitges. Solo hay que subir el camino de la Fita hasta llegar al polígono industrial del pueblo y seguir por la calle del Migjorn hacia dentro del parque hasta llegar a la Plana Novella. 

10. Intangibles

Que Rusiñol y compañía hicieron de Sitges la meca del Modernismo no es ningún secreto, como tampoco lo es el Cau Ferrat,  templo de creatividaddondeel artista se estableció a finales del siglo XIX. Pero el motivo que llevó a Rusiñol a enamorarse de la villa una tarde de 1891 fue la luz, el paisaje y la gente que encontró. Para entenderlo, solo hay que recorrer el centro del pueblo, si puede ser entre semana a primera hora y en invierno, para evitar los turistas.

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