1. Un baño en las gargantas de Sant Aniol
La excusa perfecta para ir hasta la Garrotxa es nadar en las gargantas de Sant Aniol, donde surge la famosa agua volcánica Sant Aniol. Os podréis remojar, si sois valientes y no le teméis al agua fría, dentro de agua cristalina, rodeados por un paraje magnífico y una vegetación espectacular. La caminata previa también es un buen reclamo: mientras recorréis la ruta para llegar a las gargantas encontraréis maravillas como la presa del Gomarell, el estrecho del Goleró, la ermita de Sant Anio, el Salt del Brull o la Garganta Blau. Reconectad con la naturaleza y descubrid por qué el agua Sant Aniol tiene espíritu volcánico.