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Si 'Elvis', de Baz Luhrmann, presentó al rey del rock and roll como un hombre abrumado por su talento, las responsabilidades y, por supuesto, las extrañas y malas decisiones en la vida, el drama biográfico de Sofia Coppola es una réplica ácida de esa visión. Centrado en su esposa, Priscilla (la actriz Cailee Spaeny), presenta una imagen muy distinta de El Rey. Basada en las memorias de Priscilla de 1985 sobre su matrimonio, 'Elvis and Me', y con su total aceptación, Coppola nos ofrece "la cara de la historia de Cilla".
Priscilla abarca diez años de su relación con Elvis (el actor australiano Jacob Elordi): desde la castidad, aunque la relación fuera completamente inadecuada por la edad (él tenía 24 años, ella 14) en una base de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Alemania Occidental en 1959, hasta el final de su relación, cuando él tomaba pastillas y movía las caderas en Las Vegas, mientras ella criaba a su hija sola en Graceland, consumida por la negligencia y la naturaleza controladora de Elvis.
La película es un cuento de hadas retorcido que empieza con un beso en un dormitorio y termina con Priscilla encerrada en una especie de torre, contado con el estilo discreto que caracteriza a Coppola. Podríamos describir el filme como una versión hiperestilizada, ambientada en los años 60, de 'Maria Antonieta', la producción que dio a conocer la cineasta. Aunque los propietarios de la música de Elvis no dieron permiso para utilizar sus canciones, la banda sonora y la partitura de Phoenix se combina perfectamente con las canciones de la época.
Un cuento de hadas retorcido que empieza con un beso y termina con Priscilla encerrada en una torre
El matrimonio se convierte en una condena para Priscilla, que se encuentra frente a frente con la última indiscreción de su marido, siempre rodeado de chicas, a través de una revista del corazón. Mientras, el severo padre de Elvis (Tim Post) patrulla como un carcelero la mansión en la que vive, o sobrevive, Priscilla. Los amigos están totalmente prohibidos. Los de ella, no los de él.
El guion, de Coppola, no ofrece un duro juicio moral sobre el inicio de la relación que, según los estándares modernos, sería un aviso de lo que sucedería después. En cambio, muestra el Elvis posterior como un niño errático y controlador que pasa de enfadarse a disculparse, y lleno de caprichos y excesos (pastillas, mujeres, armas, misticismo, amigos molestos) que agotan a Priscilla.
Con tantos biopics que representan a la "mujer detrás del hombre" como víctima, es fantástico ver a uno que recupera el control de la narración. Más empático que juicioso, el drama de relaciones de Coppola hace justicia a la joven heroína. Si hay algo que podemos aprender de la película, es no escoger a un hombre que trate de silenciarte dentro de una jaula de oro, aunque os distraigan sus caderas.
'Priscilla' se estrenó en Estados Unidos el 3 de noviembre y llegará a los cines españoles el 14 de febrero de 2024.