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Cuando salimos a pasear por Montjuïc, este edificio nos da la bienvenida. Situado en la falda de la montaña, cuesta verlo, pero a medida que te acercas puedes distinguir las paredes simples y rectas hechas de mármol travertino. Una vez allí, un estanque con nenúfares refleja su fachada y el cielo de Barcelona. Es el Pabellón Mies van der Rohe, un edificio icónico de la arquitectura barcelonesa que hoy se ha levantado con una sorpresa: por dentro, está a rebosar de plantas de todo tipo.
No es que alguien le haya confundido con un vivero, ni es un cambio en su decoración. La cantidad de plantas locales y tropicales que ocupan el pabellón tiene que ver con un evento que la ciudad celebra este fin de semana, el Barcelona Gallery Weekend. Y las plantas (sí, lo has adivinado) son una instalación que el artista brasileño Caio Reisewitz ha diseñado expresamente para este icónico edificio.
La instalación se podrá visitar del 18 de septiembre al 10 de octubre, y lleva el nombre de “Suspender el cielo”. Según Reisewitz, Amazonia es una riqueza natural, pero también un activo cultural y la base de la civilización brasileña. Con obras como esta, busca hacer arte comprometido con la causa climática y "suspender el cielo" por unos segundos, haciendo que el visitante se detenga y reflexione sobre los ecosistemas naturales, indispensables para la supervivencia humana y la del planeta.
La pieza encaja perfectamente con el Pabellón Mies van der Rohe, que tiene unas paredes de cristal creadas, precisamente, para integrar el edificio con las plantas y árboles que lo rodean. Ahora, la instalación de Caio Reisewitz quiere ir un paso más allá: invita a la vegetación a entrar en nuestra casa como muestra de admiración a las fuerzas de la naturaleza y, al mismo tiempo, para recordarnos que formamos parte de ella. La obra del artista es también una crítica al desmantelamiento de la maquinaria pública responsable de proteger y valorar el medio ambiente, así como una denuncia del genocidio de las poblaciones indígenas.
De hecho, “Suspender el cielo” se inspira en los saberes ancestrales del Brasil, concretamente en el pensamiento de los chamanes activistas Davi Kopenawa y Ailton Krenak, defensores de una relación más armoniosa con la tierra y de la interconexión entre todos los seres vivos. Y el nombre de la instalación es un guiño a la cosmovisión yanomami (un grupo indígena de la Amazonas), que cree que la tierra nació de un pedazo de cielo y que, si el ser humano olvida los conocimientos ancestrales y la destruye; el cielo volverá a caer.
En total, dentro del Pabellón han entrado unas 600 plantas, seleccionadas por el autor en los Vivers Barri en Gavà, que incluyen diferentes tipos de palmeras, strelitzias, alocasias y ficus, kentias, aralias, monsteras, filodendros, helechos, chefleras y otras plantas y arbustos mayoritariamente tropicales, pero también mediterráneos, forman una masa vegetal que puede superar los dos metros de altura. La intervención artística de Caio Reisewitz, parte de la programación del Barcelona Gallery Weekend, ha estado organizada con la galería Prats Nogueras Blanchard y habitará el emblemático edificio hasta el 10 de octubre.