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Todos conocemos las Tres Chimeneas abandonadas en Sant Adrià del Besòs, ¿verdad? Seguro que las habéis visto pasando por ahí con la bicicleta o desde la playa de Bogatell. Esas tres torres de un aspecto triste, que no sacan humo y que están en desuso desde el año 2011. ¿Y si este conjunto industrial de la antigua Central Térmica se convertiría en un centro cultural y educativo? Es más: ¿y si las Tres Chimeneas se fusionaran con una pirámide de vidrio como la del Louvre en París? Sí, imagináoslo: un poco de París al pie del mar.
Pues esta es la idea de base del nuevo proyecto de Mohamed Aly, un inversor egipcio propietario de la empresa de construcción Amlaak, que, en caso de aprobarse, transformaría las Tres Chimeneas en un referente internacional para la paz. Dice que cuando ve las tres torres, le viene a la mente el famoso faro de Alejandría. Y esta relación la quiere plasmar mediante una pirámide de vidrio, creando un vínculo entre Europa y África, dos continentes tan cercanos pero tan lejanos a la vez. La idea principal del proyecto, realizada por un grupo interdisciplinario de expertos, consiste en crear un espacio universitario del Mediterráneo que académicamente trate ámbitos relacionados con la paz como los derechos humanos, la diplomacia internacional, la salud, la historia de las religiones y la alimentación.
Pero, ¿por qué alguien está interesado en construir una pirámide de vidrio luminosa al lado de unas instalaciones deterioradas y abandonadas? Pues, sí, estamos de acuerdo. El contraste es innegable. Pero los arquitectos han querido descubrir una manera en la que se podría destacar el valor de un edificio histórico y, al mismo tiempo, remarcar la importancia del patrimonio. ¿Y de cuánto dinero estamos hablando para llevar a cabo un proyecto como este? Los impulsores han calculado un coste de entre, agarraos, 700 y 800 millones de euros. Y eso aún es una propuesta inicial...
¿Y qué piensa el municipio de Sant Adrià del Besòs de esta idea de construcción que se ubicaría casi en primera línea del mar? Al fin y al cabo, la ciudad ya tiene prevista la construcción de un gran hotel de la cadena Hard Rock en la playa. Primeramente, será necesario que el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad apruebe el proyecto. De momento, alrededor de un 60% de las 32 hectáreas de terreno que ocupan la antigua sala de turbinas y las tres torres son propiedad privada, de Metrovacesa y Endesa Generación. Además, el proyecto también debe cumplir con los requisitos que plantea el Plan Director Urbanístico elaborado por la Generalidad, el cual exige prioritariamente equipamientos de salud y educativos, aparte de una zona verde, en esta ubicación.
Quién sabe, quizás pronto tendremos unas vistas parecidas a las de la capital de Francia, no más lejos que en Sant Adrià, en un centro para la paz que pretende establecer un enlace entre España y Egipto.