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El Govern de la Generalitat estrena el proyecto 'Els ulls de la història', en el que se renovará la museografía (con gafas de realidades virtuales incluidas) de cinco espacios patrimoniales del país:la Cartoixa d'Escaladei, el Conjunt de la Vall de Boí, el Monestir de Sant Pere de Rodes y el Castell de Miravet. Además de la reforma de los espacios, el proyecto también incluye la creación de una nueva exposición inmersiva en los bajos del Palau Moja, en la Rambla de Barcelona, destinada a explicar el patrimonio y la cultura catalana.
'Espai Patrimoni' pretende ser un espacio introductorio a Cataluña que explicará de forma vivencial e inmersiva la historia del territorio a los turistas y a todo el mundo que tenga curiosidad al descubrir más a fondo Cataluña. El objetivo principal de este espacio es introducir a los visitantes nacionales e internacionales en la totalidad del patrimonio catalán y ayudar a entender mejor la singularidad del país. Según ha avanzado la organización, la exposición se podrá visitar a partir del próximo mes de septiembre y será completamente gratuita para todos.
¿Qué era antes el Palau Moja?
El histórico edificio se inauguró en 1784, después de que el marqués de Moja, Josep de Copons, y su mujer, Maria Lluïsa Descatllar, encargaran su construcción al arquitecto Josep Mas. El resultado fue un noble edificio que combinaba elementos del Barroco con influencias del Neoclasicismo francés, con auténticas obras de arte dentro, como pinturas de Francesc Pla colgadas en el Gran Salón, y unas cuidadas fachadas. Una curiosidad es que, la puerta principal que actualmente da a la calle Portaferrissa, en aquella época daba a una riera que todavía estaba en la primera etapa de su urbanización.
Casi un siglo más tarde, en 1870, el marqués de Comillas compró el palacio y lo reformó a su antojo ya la época. Aunque todavía se conservan elementos de la primera etapa del edificio, una de las reformas más visibles que ordenó el marqués fue la escala de honor, que todavía se puede ver, y las salas de color azul, rosa y verde, que también se conservan. Ya en el último período del siglo XX, el palacio quedó abandonado durante más de una década y, para conservarlo, la Dirección General del Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña lo compró para darle nuevos usos. Actualmente, funciona como un espacio multidisciplinar pensado para fomentar la historia de Cataluña y su patrimonio cultural.