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La hibridación de negocios para sorprender, ahorrar tiempo y sonar a nuevo es una fórmula empresarial más que demostrada. En Barcelona tenemos diferentes ejemplos, desde la lavandería-cafetería, pasando por la cafetería con plantas o los café-quiosco. Estos combinados de entrada su un buen reclamo y solo el tiempo demuestra que los dos servicios pueden convivir con éxito, como es el caso de La Suegra del jardinero. Con menos de medio año abierto, y resistiendo los altibajos de las restricciones al sector, este local acogedor y lleno de plantas se ha hecho un lugar en la extensa oferta de bares que rodean el Hospital Clínic.
Su carta de presentación es ser el único bar botánico de España, donde puedes comer y beber, aparte de comprar todo tipo de plantas. Hibridación al poder: aprovechar el buen momento que vive el mundo de las plantas decorativas con una oferta gastronómica vegetariana y vegana con acento argentino. ¿Lo llevan argentinos y no hay ni rastro de carne? Así es, detrás hay una pareja de Argentina que lo tenían claro de un principio. "Abrir un lugar donde la vegetación se vea, se respire, se come y se beba", y añade Joaquín "que por muy argentinos que seamos, podemos ofrecer cocina vegetariana y vegana de calidad como es el caso de La Suegra". El "tapeo argentino" a base de provoleta o chipá (u na especie de bolas de pan con queso y muy aromático) añade el toque argentino aparte del buen sentido del humor en la comunicación, conducido e inspirado como no, por la suegra.
¿Y de donde viene el nombre? "Se nos ocurrió un día cuando justo nos hicimos con el local y se nos presentó una mujer diciendo que la llamaban 'la suegra del jardinero', por un marido de su hija que era jardinero y que se fugó dejándolo unos libros de botánica y jardinería que nos regalaba"recuerda la Noel. "A los pocos días nos llevó los libros y no la hemos vuelto a ver nunca más", añade Joaquín. Les encajaba y han hecho la estrella del local.
Emprendedores, enérgicos y con las ideas claras, esta pareja no ha temido los efectos de la pandemia."Hacía muchos meses que trabajábamos por la apertura y nos negamos que la pandemia se lo cargara todo, así que salimos adelante como pudimos y la gente ha respondido muy bien", dice Alberto. Estrena escalonada, al principio con menos plantas, ahora han ampliado horarios hasta el anochecer y ya cuentan con terraza.
La selección de plantas y macetas que llenan el local te hacen dudar de donde te encuentras. "Suerte que ves el tirador de cerveza solo entrar, si no mucha gente daría media vuelta", se ríe Noel. La vegetación te da la bienvenida por la vista pero en este caso también por la boca, puesto que su carta se compone de una amplia oferta de platos para picar, hamburguesas y 'bowls' vegetarianos y veganos. El trío de hummus (garbanzos, berenjena y remolacha) y las bravas de boniato son una buenísima opción para abrir el hambre. No ninguneéis las hamburguesas de lentejas o de espinacas y quinoa, os harán replantear los cimientos de la cocina carnívora. Tampoco dejéis de mordisquear el acento argentino con su piadina con burrata celestial.
La carta de bebidas no tiene nada a envidiar a la de comida, puesto que cuenta con vinos de proximidad, vermut casero, tres tipos de cerveza artesana y cócteles de autor muy bien presentados. "Queremos ser un bar para cualquier hora del día y también un local donde solo vengas comprar plantas sin tomarte nada", recuerda la Noel. Y es que este bar-botánico cuida las dos almas del negocio y consigue que se complementen con acierto y gusto, siempre bajo la atenta mirada de 'La Suegra'.
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