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La movilidad ciudadana está cambiando paulatinamente. En 2023, por ejemplo, la venta de vehículos electrificados en Cataluña se disparó en un 37% y el transporte público en Barcelona batía récords de usuarios con más de un millón de pasajeros. Un año antes, en 2022, el uso de las bicicletas había crecido en un 34% en el Área Metropolitana de Barcelona y el del patinete eléctrico había aumentado en más del 120%. De hecho, estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) están cada vez más presentes en las calles de la ciudad, por eso la Policía Local cada vez está dedicando más esfuerzos para garantizar el cumplimiento de las regulaciones viarias, así como la seguridad de los peatones.
En este sentido, el cuerpo policial de Santa Coloma de Gramanet ha interceptado un patinete eléctrico que había sido manipulado y no cumplía con las ordenanzas municipales relativas al buen uso del vehículo. Y es que el transporte era capaz de alcanzar los 111 km/h, mientras que la velocidad máxima permitida por este tipo de vehículos es de 25 km/h.
Los agentes de la Policía Local detectaron la irregularidad durante un dispositivo en el distrito 5 de la ciudad y enseguida sancionaron al conductor, con una multa de 500 euros, y trasladaron el patinete al depósito municipal porque representa "un grave riesgo para la seguridad vial", según han explicado los agentes, y porque evidentemente no cumple con la normativa.
Menos denuncias por infracciones
La principal infracción que los usuarios de los Vehículos de Movilidad Personal cometen es circular por lugares donde no está permitido, como en las aceras, pero también saltarse un semáforo, circular con auriculares y llevar a otra persona. De hecho, durante el 2023 la Guardia Urbana de Barcelona interpuso un total de 16.221 denuncias a patinetes eléctricos y otros VMP. Eso sí, esa cifra supone un 25% menos que el año anterior, donde se emitieron 21.697.
El portavoz del cuerpo policial, Jordi Oliveres, indica que esta disminución se debe a que los conductores conocen y entienden más la normativa, al tiempo que tienen más disciplina vial, y añade que los agentes han hecho "presión" para detectar conductas que no están permitidas, especialmente las de riesgo.