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El frío ya lleva varias semanas instalado en Barcelona y, aunque las chaquetas, los guantes y las bufandas son perfectos para abrigarnos, no son los métodos más cómodos para entrar en calor cuando llegamos a casa. Poner la calefacción es la opción más eficaz, pero según qué sistema tengáis en casa, no es la opción más económica. Si sospecháis que la climatización que tenéis os quita los ahorros año tras año, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich ha elaborado un estudio que os sacará de dudas.
El estudio ha analizado 13 sistemas de calefacción diferentes simulando cómo funcionarían en una casa de dos pisos para evaluar tanto el impacto ambiental como el económico. Algunos de los factores que se han tenido en cuenta han sido los costes de instalación y mantenimiento, así como otros relacionados con el medio ambiente, como las emisiones de CO₂ y la utilización de recursos naturales. Después de analizar en profundidad cada uno de los sistemas, el ganador ha sido, con una clara diferencia respecto al resto, la bomba de calor y agua combinada con los paneles fotovoltaicos. Esta opción ha sido la mejor en términos de ecoeficiencia, con un impacto ambiental un 17% inferior al de la caldera de gas. Además, también supone un 6% menos de costes a largo plazo.
En segunda posición, y para sorpresa de algunos, se encuentra la caldera de gasificación de leña, con un impacto ambiental un 42% inferior al de la caldera de gas. En cuanto a la parte económica, sin embargo, esta opción es un 20% más cara, lo que significa que su buena posición se debe al hecho de que utiliza la madera para funcionar, es decir, un recurso renovable. Si nos fijamos en otros sistemas que se consideran ecológicos, no han conseguido las buenas posiciones que se esperaban. Este es el caso de la caldera de pellet combinada con energía solar térmica y la bomba de calor con un acumulador de hielo, con un porcentaje de ecoeficiencia bastante bajo en comparación con otras opciones. Los investigadores han aclarado que la baja puntuación se debe a la dificultad y los costes de los sistemas, que son tan elevados que no superan sus beneficios medioambientales.
Un estudio basado en la ecoeficiencia
El método del análisis ha consistido en combinar las simulaciones dinámicas, los análisis económicos y la evolución del ciclo de vida para comparar los sistemas. Para poder clasificarlos, los investigadores han establecido un sistema de puntos que recoge las emisiones y los costes en un mismo concepto denominado ecoeficiencia. Cabe destacar, sin embargo, que el estudio se ha basado en las condiciones climáticas y las infraestructuras de Múnich, por lo que hay que tener en cuenta que, en climas más cálidos, los beneficios de sistemas como los de la bomba de calor podrían ser aún mayores.