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Como cada año, el 11 de septiembre Barcelona celebrará el Día nacional de Cataluña con un extenso programa de actividades para toda la familia y la ya tradicional manifestación por el centro de la ciudad hasta Arc de Triomf, donde también se celebrarán conciertos gratis. Muchos de los edificios emblemáticos barceloneses se añadirán al programa con una jornada de puertas abiertas que permitirán conocer espacios que normalmente o están cerrados al público o hay que pagar para acceder. A la lista de todos los espacios que se pueden visitar gratis, ahora también se añade la emblemática sede del Centro Excursionista de Cataluña, en el número 10 de la calle del Paradís de Barcelona.
Durante la visita, podréis descubrir todo el arte que esconde, desde las columnas romanas del templo de Augusto y algunas figuras renacentistas, hasta una colección de cuadros de Miró y carteles modernistas que harán del recorrido un viaje cultural desde la Barcelona romana hasta la actualidad.
El edificio abrirá sus puertas desde las 11 hasta las 13 h y se organizarán cuatro visitas guiadas de 30 minutos y un máximo de 20 personas por grupo a las 11 h, 11.30 h, 12 h y 12.30 h. Aunque participar es completamente gratuito, es necesario que os registréis a través de un formulario online habilitado por la entidad para controlar el aforo. Eso sí, si cuando os apuntáis ya no quedan plazas, no os preocupéis porque la entidad ha avisado de que ofrecerá una alternativa a todas las personas que se encuentren en esta situación.
Una sede con casi siglo y medio de historia
El Centro Excursionista de Cataluña nació en 1876 sin local propio, algo que cambió un año después cuando se instalaron en el edificio de la calle Paradís de Barcelona, en un piso al nivel de los capiteles del templo romano de Augusto, que datan del siglo I. El espacio era ideal para los encuentros del grupo de jóvenes excursionistas que, además de su amor por la naturaleza y la tierra, también compartían la pasión por los monumentos antiguos, la historia y el arte. En poco tiempo, el piso ya tenía una biblioteca y un pequeño museo en torno a los tres capiteles, además de un salón de actos con cuatro hileras de sillas para una veintena de personas.
Con el paso del tiempo, la falta de espacio se convirtió en un problema que afectaba a la actividad de la entidad. Ante la negativa de trasladarse del piso de la calle paraíso, el socio y arquitecto Lluís Domènech i Montaner, autor de los modernistas Palau de la Música Catalana y el Hospital de Sant Pau, reformó el edificio donde se encontraba la sede. El arquitecto añadió dos pisos nuevos encima, lo que dejó las columnas romanas al descubierto y completamente visibles en el mismo edificio. En cuanto a la decoración, Domènech i Montaner aprovechó muchos elementos góticos originales y los adaptó a la nueva función del edificio. Por ejemplo, trasladó una ventana gótica frente a la puerta dovelada de la entrada, entre otras modificaciones.
La ampliación del espacio estimuló el aumento de actividades en el edificio, así como el crecimiento del número de socios de la entidad. Por este motivo, se llevó a cabo otra remodelación pocos años después y se volvió a ampliar el edificio, aunque en este caso se alquilaron dos pisos -que la organización tiene ahora en propiedad- en una casa muy cercana al edificio, en la calle de la Llibreteria.