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Después de más de un año de lucha vecinal, el histórico Taller Masriera (Bailèn, 70-72) se convertirá en un nuevo equipamiento de barrio: conservará su emblemático teatro Studium y albergará la nueva biblioteca Sofia Barat. El pasado 2023 se aprobó el proyecto del Ayuntamiento de Barcelona de crear la biblioteca dentro del edificio, una propuesta que la Plataforma Masriera, una asociación vecinal que lucha por convertir el Taller en un ateneo, pidió revisar. Después de casi dos meses de negociaciones, finalmente el Ayuntamiento aceptó que el Taller Masriera fuera, además de biblioteca, teatro y ateneo. Ahora, el consistorio ha licitado el concurso arquitectónico que rehabilitará el edificio para convertirlo en un equipamiento sociocultural del barrio.
Según los plazos previstos, el proyecto final se anunciará durante el primer semestre de 2025, que redistribuirá y definirá los nuevos espacios, una rehabilitación que convertirá el edificio en un equipamiento único en la ciudad por su uso y el estilo neoclásico de la construcción. Una de las demandas de la Plataforma Masriera era conservar su funcionamiento como teatro, una condición que el consistorio ha aceptado y que rehabilitará la antigua sala Studium con la intención de conservar el escenario, la platea y el anfiteatro originales.
La nueva biblioteca Sofia Barat
La instalación de la nueva biblioteca Sofia Barat en el histórico edificio duplicará sus antiguas dimensiones y, si tenemos en cuenta los espacios compartidos, las triplicará. En total, la biblioteca tendrá una extensión de unos 1.500 m² hábiles y dará servicio a un área de influencia de unos 44.000 habitantes. La biblioteca lleva más de 50 años a disposición del vecindario, desde 1971, y se ha convertido en un equipamiento de referencia en el barrio de la Dreta del Eixample. Durante tres décadas estuvo situada en la escuela Sagrat Cor como servicio comunitario y, en el año 2000, se trasladó a la que ha sido su ubicación durante 24 años, el número 64 de la calle Girona.
Un edificio con mucha historia
Durante el período de expansión del Eixample, los hermanos Masriera, procedentes de una familia de artistas e industriales muy influyentes, encargaron la construcción de un taller de creación: un templo historicista con seis columnas en la fachada principal que, enmarcado en el movimiento cultural de la Renaixença, se convertiría en un referente artístico importante en la ciudad. El arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas fue el encargado de diseñar el edificio neoclasicista del Taller Masriera en 1882 para convertirse en un taller de pintores y escultores, tal y como los hermanos Masriera le habían pedido. Sin embargo, esta función desapareció con el paso del tiempo hasta que en 1900 se reconvirtió en un obrador de joyería y, tres décadas más tarde, en un teatro.
Todas las modificaciones preservaron la fachada neoclásica, con la escalinata, la columnata de capiteles corintios, la cornisa y el frontón, así como el jardín de acceso de la calle Bailèn, lo que ha permitido conservar el edificio tal como le diseñó Vilaseca hace más de un siglo atrás. En el verano de 2020, el edificio se convirtió en propiedad del Ayuntamiento. La finca centenaria está incluida en el Catálogo de Protección del Patrimonio de la ciudad como bien cultural de interés local, por lo que no se puede modificar su exterior, con solo realizar trabajos de rehabilitación.