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Normalmente esperas que el tercer día del festival la gente esté exhausta, pero los modelitos de los asistentes (camisas de colores, faldas de flores, purpurina en las mejillas, etc.) indicaban que el público venía decidido a aprovechar cada minuto que quedaba del Cruïlla 2021.
Esta última jornada del festival también comenzó con un cribado masivo, en el que se detectaron 69 positivos que fueron atendidos por personal médico de la organización. El resto de personas, equipadas con la mascarilla facilitada por el festival, se dirigieron a los escenarios para disfrutar de la música que comenzaba al son de Muerdo y Joan Garriga i el Mariatxi Galàctic. Tom Walker, que debía actuar en el escenario Time Out, no pudo asistir al festival por motivos relacionados con el Brexit, según informó la organización: aunque en su lugar debía tocar Xoel López, el gallego falló a última hora y el público reservó fuerzas para lo que venía después.
Leire Villanueva, vocalista de Iseo & Dodosound, recibió al público sentada en el suelo, y este ambiente íntimo y espiritual se mantuvo a lo largo de todo el concierto, incluso cuando el ritmo más acelerado invitaba a los asistentes a bailar. Iseo & Dodosound regalaron al público canciones inéditas como 'Killer' y también temas icónicos de la banda, como 'Fresh air'. La filosofía del dúo quedó plasmada con 'Arigato': la canción combinaba versos en portugués, italiano, francés, catalán, euskera y castellano para hablar del amor a la música, que lo une todo: "Cuántos momentos, cuántas mareas / cuántos acentos, da igual dónde sea / siéntete en casa, eres bienvenida / amor es música, música es vida".
Tras la actuación de Coque Malla en el escenario Time Out, Leiva hizo bailar al público al ritmo de 'Como si fueramos a morir mañana'. Quizá el concierto más esperado de la jornada era Izal, que concentró el mayor número de espectadores (algunos, con camiseta de fan incluida). En un escenario ambientado como una nave espacial, el grupo combinaba canciones como 'Copacabana' y 'Arte moderno' con temas de artistas invitados que aparecían en la pantalla: desde Mabu hasta Zahara, pasando por Rozalen con 'Pequeña gran revolución'.
Mikel Izal puso punto final al concierto dedicando 'La mujer de verde' a los hombres y las mujeres que visten de verde y salvan vidas, un homenaje a los profesionales sanitarios seguido de una reflexión que invitaba al público a dejarse ir: "Si algo hemos aprendido de esta pandemia, es que no sabemos si hay un mañana", decía el cantante. Seguro que esta sensación de agradecimiento de estar viviendo un momento único e irrepetible siguió acompañando el público durante el resto de conciertos de la noche.