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En una jornada laboral, pocas cosas hacen más ilusión que encontrar un buen menú de mediodía. Os presentamos tres opciones para que os sentéis con todas las ganas del mundo –y con todas las posibilidades a favor- para comer un menú de mediodía extraordinario.
Petit Daniel
Si no encuentras mesa en Daniel Café de Poblenou -al lado de Mediapro, uno de los poderes fácticos del menú de mediodía de Barcelona- debes saber que Daniel Brin -chef franco-catalán que estuvo al frente del Café Emma– ha abierto el Petit Daniel unos metros más abajo. Y es lo mismo, pero en la intimidad. Cada mediodía, cocina con mano de alta gastronomía y espíritu casero platos que reconfortan, y donde manda la tradición de bistrot francés con toques italianos y catalanes. Dentro de un menú a 10,90 euros (que cambia cada día), con copa de vino y postres, nos sorprende un tartar de buey bien picado, picante y animado, una quiche con conocimiento de causa absoluta o pequeños experimentos coherentes y deliciosos, como un ossobuco guisado acompañado de tortellini rellenos de verduras (la receta clásica es la pasta rellena con ossobuco). Y si estáis hartos de crema catalana, pues 'crème brûlée'.
Llacuna, 136. 937 42 61 36. Menú: 10,90 €
Claris 118
Ever Cubilla, ex-chef de l'Espai Kru, ha puesto casa propia en Pau Claris, 118. Su filosofía es la de estirar al máximo lo que puede ofrecer un menú de mediodía por 13 euros (con copa de vino bueno, pan y postres). Y aunque dispone de un único menú semanal, veréis una hoja de papel exuberante, llenas de bifurcaciones y algún suplemento extra que vale la pena ejercer (su plastificación en sobre promete mediodías de placentero manoseo, adiós QR). Por ejemplo, un lunes cualquiera, de primero nos encontramos con ocho primeros y ocho segundos, que pasan por un variado de tomates de temporada con vinagreta de garum, tiradito de bonito con leche de tigre de ají amarillo - suplemento de dos euros, aquí se aprecia el poder Krudo del Cubilla más 'gastro'- y segundos como arroz marinero -hasta el miércoles-, tacos de lechazo estofado (más 1,50 €) o pluma ibérica a la brasa (extra de 2,50) . Opto por este último segundo: hecha en su punto, con aroma de brasa, y una infiltración de grasa celestial, rebaño hasta el fondo la salsa chimichurri y mastico con paz omnívora un corte de carne que, bien hecho, adelanta al trote cochinero al 90 % de los cortes bovinos, por sabor y textura. Antes he pedido unas croquetas de gamba y nécora donde pedazos de estos animalitos nadan en un mar cremoso. Como dice la juventud de ahora, top. (Reservar con dos días de antelación mínimo).
Pau Claris, 118. 934 88 28 37. Menú: 13-18 €
Cierzo
Y el restaurante Cierzo se encuentra en las antípodas de la carta de menú largo. Sólo hay dos primeros y dos segundos (como sólo hay dos personas en el local, el cocinero Adrián Rubio y el camarero-jefe de sala Javier Valls). Pero cada una de las dos opciones es de una delicadeza casera digna de un orfebre creativo. Por ejemplo: ensalada de pasta, con vinagreta de pesto, tomates y rúcula, o nuggets de calabacín con salsa tahini. De segundo, merluza fresca en tempura con parmentier de boniato o carrillera de cerdo guisada. Opto por los 'nuggets', que en realidad son croquetas de calabacín con un ligero toque de comino, calientes y cremosas, que mojo y refresco en tahini. Y de segundo, unas carrilleras al vino tinto tan bien guisadas que ceden ante la más mínima presión del tenedor. Deliciosas. Todo está hecho desde cero. Hasta el extremo de que la nata que acompaña el pudding, me informan, se acaba de montar a partir de la mantequilla. El local es pequeño, fresco, espacioso y agradable, y el día que fui -que era un viernes- no había aquella desesperación apretujada del restaurante de menú que lo peta.
Bailén, 56. 930 00 92 57. Menú: 13,50 €
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