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Los amantes del arte tienen con él una relación de amor-odio similar a la que tuviste con aquella expareja de la universidad que ahora recuerdas con nostalgia. Anónimo y famoso a partes iguales, Banksy es un personaje que despierta sentimientos contradictorios. Ahora, sus obras podrán verse en Barcelona por primera vez, en una exposición titulada 'Banksy. The art of protest' en el Museu del Disseny, que reúne más de 100 obras originales del artista provenientes de galerías de arte y colecciones privadas de todo el mundo.
Subvertir la tradición
“Banksy no aparece de la nada”, nos advierte Alexander Nachkebiya. El comisario de la muestra explica que el objetivo de la exposición es trazar una conexión entre las obras del artista y la tradición iconográfica que le precede. Nachkebiya critica la simplificación que ha sufrido el personaje de Banksy: a menudo se le describe como un criminal que se esconde detrás de los matorrales para realizar una protesta en forma de mural.
Pero Banksy es mucho más que eso, y debemos empezar a concebirlo “como un artista que interioriza toda una herencia cultural” en sus críticas sociales, explica Nachkebiya. Sus piezas guiñan un ojo a otras grandes obras de la historia del arte, como El pensador de Rodin, que se convierte en un borracho callejero a los ojos de Banksy.
El artista juega a subvertir aquellas imágenes que todos hemos interiorizado para convertirlas en sátira política y social. Así, “Banksy nos muestra cómo nuestras creencias se convierten en clichés a medida que pasa el tiempo”, dice el comisario. Tradiciones religiosas, personajes políticos, imágenes de la cultura popular… cualquier idea actual, por innovadora que sea, puede acabar protagonizando una obra de Banksy en el futuro.
Arte efímero
"La esperanza de vida de las obras de Banksy en la calle es muy corta", alerta Nachkebiya. Tras dejar huella en algún muro, su obra es rápidamente modificada por otros artistas o borrada por las autoridades municipales. Por eso Banksy también hace piezas pensadas expresamente para ser vendidas. Ahora bien, la famosa serie de 'Niña con globo', destruida con un mecanismo automático justo después de haberse vendido por un millón de libras en la casa de subastas Sotheby's, pone de manifiesto que el arte de Banksy no es solo efímero en calle, sino que también puede serlo en los museos y las galerías.
"Banksy juega con el valor de la obra de arte", dice Nachkebiya, "que no está en la técnica, sino en el significado". Destruir una obra en público, para Banksy, es evidenciar que quienes deciden qué es arte y qué no lo es también pueden equivocarse. Es una forma de criticar el statu quo artístico y beneficiarse económicamente de este al mismo tiempo. De hecho, la exposición que llega a Barcelona, como todas las que se han dedicado a Bansky anteriormente, no está autorizada por el artista, quien busca el anonimato y la independencia del sistema. Algunos lo calificarían de hipócrita, pero "un artista debe ser controvertido, si quiere ser interesante", sentencia el comisario.
Banksy, líder de opinión
El misterio y la controversia han convertido a Banksy en un líder de opinión indiscutible: “Empecé a seguir su cuenta de Instagram cuando tenía 100.000 seguidores, y ahora tiene 11 millones”, ilustra Nachkebiya. Desde el anonimato, nos impacta con mensajes claros, concisos y explícitos que interpelan a todos. "No podemos entender Banksy sin ver cuáles son las preocupaciones de la humanidad", sentencia Nachkebiya. Tiene claro que estamos ante uno de los mayores artistas de nuestros tiempos.
'NAPALM'
Ronald McDonald y Mickey Mouse dan la mano a Phan Thị Kim Phúc, conocida como “la niña del napalm” por la famosa fotografía de la guerra de Vietnam que hizo ganar el premio Pulitzer al fotoperiodista Nick Ut. El comisario de la muestra considera que esta obra "encarna los mecanismos artísticos de Banksy: tomar una imagen poderosa para transformarla en algo grotesco". La exageración, la ironía y el uso de los clichés americanos denuncian que la violencia no se encuentra únicamente en la guerra, sino también en las caras más amables de la sociedad de consumo.
'CND SOLDIERS'
En CND Soldiers, el mensaje no solamente tiene que ver con lo que nos muestra la obra, sino también con el lugar donde Banksy decidió exponerla. Los dos soldados que pintan un símbolo de la paz de color rojo sangre aparecieron ante el Parlamento británico, poco después de la participación del Reino Unido en la guerra de Irak en 2003. De la pieza, Nachkebiya destaca esta capacidad de “encontrar un tema que afecta a gran parte de la sociedad y transformarlo en arte”.
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