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¿Cómo debe ser tener a miles de personas a tus pies gritando 'I love you, I hate you', mientras cantas una canción sobre tu padre ausente? La rapera londinense Little Simz pudo comprobar sobre el escenario Cupra –el del anfiteatro–, que en Barcelona también la aman. Aunque, claro, entre el público había una multitud de almas británicas: en su país, Simbiatu Abisola Abiola Ajikawo ha ganado un buen puñado de premios; solo en 2022, el Best New Act en los Brit Awards y el Best Solo Act from the UK en los NME.
Pero no únicamente se oía hablar inglés entre el público. Little Simz ya había estado en Barcelona en otras ocasiones, entre ellas en el Primavera Sound 2019, pero era la primera vez que traía a la ciudad su cuarto disco de estudio, 'Sometimes I might be introvert' (2021), un ambicioso álbum conceptual lleno de las orquestaciones que tanto le gustan a Inflo, productor también de Michael Kiwanuka.
"Simbi, Simbi!", gritaba la audiencia, y estas eran las letras que presidían el escenario, diminutivo de Simbiatu y al mismo tiempo siglas del título del disco, una reivindicación de la introversión como opuesto de la extraversión que parece obligada hoy en día, y un lugar desde donde defender los sentimientos profundos sobre sí misma, sobre la raza, sobre el hecho de ser mujer sobre un escenario.
Como Lauryn Hill
Con el pelo enfundado en una gorra de rastafari, Simz recordó a una Lauryn Hill veinte años más joven, del nuevo milenio. La banda, finísima, aportaba una base rítmica imponente y daba aires jazzy y soul a los rapeados metronímicos de la cantante, mientras que el contrapunto épico se confiaba a los golpes orquestales y las cuerdas ideadas por Inflo para el disco.
Sonaron piezas del nuevo álbum como la titular 'Introvert', 'Rollin Stone' y 'Protect my energy', pero también de 'Grey area' (2019), como 'Selfish' y la agresiva 'Boss' –con Simbi haciendo una parte de teclado–, que el público barcelonés conocía de otras ocasiones. En cualquier caso, el concierto de Little Simz en el Primavera Sound 2022 no tuvo grises, sino más bien colores vivos y la sensación de estar frente a una rapera que juega en la primera división del rap mundial, la liga de artistas como Kae Tempest y Kendrick Lamar.