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Hace ya mucho que la imagen de manteles a cuadros y ambiente napolitano se ha quedado pequeña para abarcar todo lo que ocurre alrededor de la pizza. Y a la larga e interesante lista de opciones disponibles en Barcelona sumamos una más, con una fuerte personalidad propia: la pizzería Standard (Buenos Aires, 28. T. 930 25 11 58).
Pese al nombre, en realidad esta pizzería tiene poco de estándar. Con un aspecto que nos traslada más al norte de Europa que al Mediterráneo, se trata del primer local en España de una casa que ya está presente en Bruselas y Amberes. Diseñado por Sandra Tarruella Interioristas, la madera y los tonos suaves son protagonistas en este espacio, muy acogedor, con cocina abierta y presidida por un gran horno donde se cocinan las pizzas. Por cierto, reivindican el 'zero waste', así que cuentan con una compostadora donde van a parar todos los desperdicios.
La base elaborada con masa madre y largas fermentaciones y la lista de ingredientes frescos donde lo vegetal tiene un peso considerable consiguen que sean pizzas muy ligeras. La carta incluye una decena de propuestas, desde pizzas clásicas (margarita, 'marinara', con 'prosciutto' di Parma…) a algunas realmente originales, como la 'parmiggiana' que traslada a formato pizza este tradicional plato italiano a base de berenjena. O la ‘Blanco/Negro’ con una combinación de quesos y 'tapenade' de trufa.
La base de masa madre y fermentación larga hace su pizza liviana
Es muy recomendable la ‘Bacon y Queso Viejo’, que suaviza esos dos ingredientes con puerros asados y tomillo de limón. Y quienes busquen algo potente, tiene en la ‘Gladiator’ su mejor opción, con butifarra, chili, pimiento asado y cebolla encurtida. Tampoco falta una opción vegana con mucha personalidad: crema de guisantes sobre la base, y por encima diferentes verduras, tomate y hierbas.
La oferta se completa con varias ensaladas, y entrantes en formato tapa como hummus o nachos que nos recuerdan que esto no es una pizzería al uso. Quienes busquen algo más convencional antes de la pizza, el plato de mortadela con verduras encurtidas está muy rico, aunque se agradecería algo más de pan –en realidad masa de la misma pizza a modo de focaccia– para acompañar.
La carta de vinos –la mayoría locales– es bastante limitada, pero a cambio hay algún cóctel, cerveza artesana belga, té helado e infusiones frías, aunque estas dos últimas opciones no siempre están disponibles. Al menos no el día que nosotros pasamos por allí. Cierran domingo y lunes, cuentan con una pequeña terraza y el ticket medio se mueve alrededor de los 25 euros, aunque al mediodía entre semana ofrecen un menú por menos de 14 euros.
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