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Reciclarte e informarte, o empobrecer
Es ley de vida cinéfila: jamás habrás visto todas las películas que se han hecho desde 1895, ni nunca estará al día en cuestión de novedades de la cartelera. Sobre todo, si cada viernes se estrenan una docena de pelis. Algunas de ellas, con pocas copias fuera de tu área. O en horarios criminales, imposibles de combinar con tus tareas cotidianas de persona decente. A todo esto se le añade una tarea suplementaria: ¿qué ocurre cuando lees una crítica o escuchas una entrevista, y una y otra están llenas de referencias a cineastas y films del pasado? Cuando el reflexionador, en el primer caso, y el personaje entrevistado, en el segundo, aliñan su discurso con referentes que quizás no controlas, con ejemplos que no visualizas y digieres, con comparaciones que se escapan de tus conocimientos? Es el momento de hacer los deberes. O de dar un repaso en determinadas asignaturas. ¿Cine neorrealista? ¿Nouvelle Vague? ¿Comedia hollywoodiense de los años 40? La cartelera actual te obliga a reciclarte para, como mínimo, enfrentarte a tres estrenos con todos sus elementos controlados y poder realizar el mejor y más detallado de los análisis.
¿Un western de Audiard o de Ford?
Estoy hablando de ‘Los hermanos Sisters’, de Jacques Audiard, un realizador que, para empezar, ha dicho que el western es un tema secundario en la peli que protagonizan Joaquin Phoenix, John C. Reilly y Jake Gyllenhaal. Que su historia, extraída de una novela de Patrick Dewitt, y sus intereses estaban en otra parte. Me parece perfecto y respetable, pero entonces llega la crítica y establece paralelismos entre el film del director de ‘De óxido hueso’ y el ‘Dos cabalgan juntos’ de 1961. Yo he visto tres o cuatro veces la peli de John Ford y la tengo bastante fresca. ¿Es necesario que las nuevas generaciones la conozcan para tener una visión más completa y rica de ‘Los hermanos Sisters’? ¿Es preciso que un crítico de 20 años, por poner una edad tierna, tenga un potente bagaje de westerns clásicos antes de soltar una opinión acerca del largometraje de Audiard? O de la también reciente ‘Sin piedad’, de Vincent D’Onofrio. O de ‘Damsel’, de David y Nathan Zellner, que han editado en DVD.
Los padres de Christophe Honoré
Con ‘Vivir deprisa, amar despacio’ el tema se complica unos cuantos grados más. Ya no se trata de que sólo la comparen con la obra de François Truffaut. Otro nombre que aparece en un considerable número de críticas es el de Leos Carax. Y una tercera posible influencia en la flamante obra de Christophe Honoré es la de Benoît Jacquot. Di influencia, di casualidad, di paralelismos. Es una peli que, si has repasado las crónicas de los compañeros, acabarás viendo con la cabeza llena de juicios y prejuicios, de teorías sobre su originalidad y tesis sobre su ausencia de pureza creativa. Ante esto, ¿no es mejor ser un joven con un escaso imaginario, libre para especular y construir tu cábala sin demasiada información?
La familia Garrel
Ahora se estrena ‘Un hombre fiel’, y el fantasma omnipresente de Truffaut da la manita al espectro (vivo) de Philippe Garrel, y ambos contaminan el visionado de la cinta de Louis Garrel. ¿Es justo? ¿Es necesario? En cualquier caso, un servidor se va ahora mismo, sin más dilación, a repasar su hermosa colección de películas de Philippe Garrel, por si, en alguno de los diálogos de Laetitia Casta, en algunas de las apariciones de Lily-Rose Depp, en algún rinconcillo escondido de este cóctel de drama amoroso, comedia romántica y thriller infantil hay información garreliana evidente que se me escapa por no haber realizado antes los deberes.
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