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Aunque Barcelona es una ciudad que sufre situaciones de sequía regularmente, la que está afectando a la ciudad y a Cataluña actualmente ha entrado en una fase crítica. Ante esta situación, el Govern ha declarado la fase de preemergencia en el sistema Ter-Llobregat, que afecta a seis millones de personas que viven en los 202 municipios de la zona. Según ha avanzado la ACN, el director de la Agència Catalana de l'Aigua, Samuel Reyes, avisó de que el este estado será un "preparatorio para la máxima concienciación" y que las medidas actuales se podrían intensificar durante este período transitorio entre la excepcionalidad y la emergencia.
La fase de excepcionalidad establecerá varias limitaciones de agua a las áreas de Barcelona y Girona, las dos zonas de Cataluña donde hay más población y donde se concentran la mayor cantidad de actividades comerciales e industriales. Reyes ha remarcado que la situación es "realmente crítica", mientras que el Conseller d'Acció Climàtica, David Mascort, también ha hablado de la seriedad del problema y ha afirmado que "estamos ante una emergencia nacional".
¿Cuáles son las restricciones?
El estado de preemergencia establece restricciones como: una limitación del consumo máximo de agua a 210 litros por habitante al día, un límite que, hasta ahora, superan algunos municipios como Granollers i Alella; detención de todos los manantiales de las fuentes ornamentales de la ciudad; queda prohibido el uso de agua potable para regar jardines y zonas verdes; se prohíbe a particulares la limpieza de calles, pavimentos y similares con mangueras de agua; además, la limpieza urbana se hará con el mínimo gasto de agua posible; se recomienda lavar los vehículos en establecimientos comerciales dedicados a esta actividad; se disminuye un 15% del agua destinada a usos industriales; y solo se pueden llenar parcialmente las piscinas de agua dulce que dispongan de sistemas de recirculación.
Mínimo histórico en los embalses
Los embalses de las cuencas internas se encuentran por debajo de los mínimos históricos de 1989, hace más de tres décadas. La sequía de ese año hundió los niveles de reservas a un mínimo del 19,12%, un porcentaje que cayó hasta el 18,85% el pasado martes 14 de noviembre.