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Entre tanta parálisis obligada, cierres sin caducidad, restricciones, UCIs al límite y otras tensiones americanas, se agradece que alguna historia termine bien. Liau, un gato persa valorado en 2.000 euros, ha protagonizado un cuento de polis y cacos la mar de simpática y elegante. Esta pasada noche los Mossos d'Esquadra publicaban la siguiente noticia en su cuenta de Twitter y a nosotros nos ha faltado tiempo para investigar y contaros un poco más sobre Liau, el gato robado al que pillaron con pajarita y camisa. ¡Qué fantasía!
Recuperem en Liau després que el robessin de dins d'un cotxe juntament amb una tauleta electrònica. Vam fer seguiment de l'aparell i el vam ubicar en un pis de BCN. Una hora més tard el vam alliberar tremolant sota un sofà i detenim els 2 lladres pic.twitter.com/PspMSTChRX
— Mossos (@mossos) November 4, 2020
Escenario del hurto con más glamour
Todo sucedía en una noche tranquila de otoño en la calle Marina de Barcelona. Los propietarios de Liau se proponían a subir a su coche cuando se dieron cuenta de que tenían una rueda pinchada. Es justo en este momento que aparecen dos sujetos dispuestos a ayudarlos en el sucio y siempre complejo cambio de rueda. Estas dos almas solidarias no son lo que parecen y sus intenciones, desde un inicio, son conseguir acceder al interior del vehículo y robar al gato con esmoquin. En un momento de despiste los asalta coches profesionales se llevan la mochila con Liau y una tableta electrónica dentro. Los propietarios del gato y del coche, al ver que habían sido víctimas de una maniobra de distracción, llaman a los Mossos y activan el geolocalizador de la tableta, pieza clave para los agentes, ya que gracias a este detalle les bastó tan solo una hora para localizar a los cacos.
La tableta les llevó hasta la Barceloneta, lugar donde los ladrones tienen la vivienda. Los Mossos, una vez allí, encontraron a Liau temblando pero tan elegante como lo robaron del coche. Los agentes devolvieron la mascota, con esmoquin y pajarita, a sus propietarios y detuvieron a los delincuentes, dos jóvenes que ya habían sido detenidos más de quince veces.