[title]
Hay quien cree que los músicos jóvenes de la actualidad lo fían todo en la electrónica y el autotune. Pero no es verdad. Sin desmerecer a nadie –cada estilo tiene sus instrumentos y sus formas de hacer–, hay muchos músicos que dominan los instrumentos de toda la vida, que saben hacer arreglos y dirigir. Una buena muestra de ello es la cantante y trombonista Rita Payés (Vilassar de Mar, 1999), que como creo que dice C. Tangana, hace "música antigua". Bien, música antigua que suena perfectamente contemporánea, por no decir atemporal. Es la música que corre por sus venas desde pequeña. Se le nota la experiencia acumulada en la Sant Andreu Jazz Band, el gusto por el jazz, por el bolero, por la bossa nova y por la canción latinoamericana en general.
Tras debutar con su madre, la fantástica guitarrista Elisabeth Roma, en 'Imagina' (2019), atreverse con composiciones propias en 'Como la piel' (2021) y a disfrutar de cierta popularidad gracias a 'Algo contigo' y las colaboraciones con C. Tangana, con quien actuó en los Goya y fue de gira, Payés estrenó en el Grec su primer disco con un cien por cien de composiciones propias. La presentación de 'De camino al camino', publicado hace literalmente cuatro días, fue una suerte de puesta de largo frente al público barcelonés, el punto de partida de su proyecto más ambicioso y también el reconocimiento de años de trabajo.
Rita Payés montó un bosque mágico en la antigua cantera de Montjuïc. Bueno, no ella, sino Andreu Fàbregas, a quien pidió un diseño de luces y decidió rescatar a un castaño muerto del bosque y colgarlo sobre el escenario. Con una canción emblema como el de 'El cervatillo', cuyo ritmo evoca los saltitos del animalito cuyos ojos se le clavaron durante una temporada, la magia estaba servida. Y el bosque contenía una fuente de música casi inagotable: el concierto duró dos horas.
Unos músicos impresionantes
Salió con algo de nervios, pero se fueron diluyendo a medida que el concierto empezó a fluir. Imposible no sentir la red de seguridad de unos músicos tan impresionantes como los que le acompañan: Juan Berbín a la batería y percusión, Horacio Fumero al contrabajo, Pol Batlle a la guitarra y, cómo no, Elisabeth Roma también en la guitarra. Y, además, ahora cuenta con un cuarteto de cuerda para el que ha hecho ella los arreglos. El repertorio se basó en las canciones del nuevo disco, con algún cambio de orden (tenía sentido empezar con 'Benvingudes') y la mayoría de colaboradores que participan en el disco: el pianista Toni Vaquer; el trompetista y compositor Eudald Payés (hermano mayor, sí, son una familia de músicos y todos son buenos); los saxofonistas Eva Fernández y Miguel 'Pintxo' Villar; y las cantantes La Tania, Lucía Fumero (que también la acompañó al piano) y Sílvia Pérez Cruz, con quien había cantado en sus conciertos inaugurales de este Grec.
Payés es una excelente compositora de canciones y demostró que tiene un repertorio tremendamente sólido, con unos arreglos que permiten viajar a diferentes paisajes musicales, a veces delicados, a veces desgarradores, pero siempre vívidos y llenos de sorpresas. Con esta materia prima, el concierto no decayó en ningún momento pese a la novedad de estas canciones y solo recurrió a 'hits' en los bises finales, donde sí sonó 'Nunca vas a comprender' y 'No digo que no (vaca y pollo)'. A lo largo de las dos horas, Rita Payés imprimió su personalidad tanto a su forma de cantar como de tocar el trombón (sus solos y los de los otros músicos también regalaron grandes momentos) y el público agradeció la suerte inmensa de haber podido asistir a los primeros pasos sobre los escenarios de 'Del camino al camino', el proyecto más ambicioso hasta el momento de una artista que vive un momento espléndido y con un gran futuro por delante.