[title]
¿Recordáis el Bar Iposa? Aquel bar tan bonito del Raval que apenas era un camarote abierto en la pared y una terraza fantástica, justo en el patio de atrás de la Boqueria. Iban turistas y locales, y estuvo muy de moda a principios de la década de los 2000: una estampa icónica de bucolismo urbano en un barrio que siempre se lleva la peor parte de las crisis.
Pues la buena noticia es que el chef Stefano Mazza, propietario del Last Monkey de San Antoni, lo acaba de reabrir con el nombre de Superclàssic (Floristes de la Rambla, 14, abierto de momento de viernes a domingo, de 12 a 23 h). "Hace veinte años cuando llegué a Barcelona, y no me imaginaba que sería cocinero, iba siempre al Ra, el Dos Trece y sobre todo al Iposa. Hace poco, cuando le comentaba a la gente que lo quería reabrir, la respuesta siempre era: ¿Coges el Iposa? ¡Eso es un superclásico! Pues mira, el adjetivo me gusta y se ha quedado de nombre", comenta Mazza.
Cabe decir que por la magnificencia de la terraza -tras la Boquería, en los jardines del Dr. Fleming, al amparo de la biblioteca de Cataluña y la Real la Academia de Medicina, con un parque infantil al lado- funcionaría solo, pero Mazza ha dispuesto una oferta de comida y bebida de primera división en el apartado vermut. "No quería hacer nada complicado, sino un lugar de buena cerveza, buenos vermuts, vinos a copas guays y alguna cosita para picar. Pero te lías, y acabas teniendo más platitos de los que querías", explica. ¿Terraza y aperitivo bueno junto a la Boqueria? No es tan fácil de encontrar. El otro día me senté en un bar venerable de la Gardunya y me sablaron 11 euros por una cerveza y unas patatas bravas congeladas infames.
Aquí las tapas están muy bien hechas: las bravas (4'80 €) tienen salsa de esa bien confitada y carnosa, con ñoras, la ensaladilla rusa es cremosa y con el atún fresco. Mazza compra en la Boqueria, y se nota. Y no es que tenga vermut de la casa: es que los hacen ellos, con resultados tan excelentes como uno de macerado con cerezas y Pedro Ximénez que tiene un grado alcohólico respetable, pero pasa como el agua, u otro de exquisito y aromático con manzana y canela. Y la caña, bien tirada y a 1'80 euros. "Hemos querido mantener una relación calidad-precio buena, que mantendremos cuando llegue el turista", explica. Aprovechad ahora, antes de que haya colas y bofetadas.
NO TE LO PIERDAS: Los mejores restaurantes de Barcelona