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No es extraño que unas obras en la ciudad de Barcelona dejen al descubierto restos arqueológicos de siglos pasados. Hace unas semanas, las obras de Sant Antoni descubrieron un nuevo tramo de la muralla medieval y moderna, aunque todavía examinan los restos. Si echamos la vista atrás, durante noviembre de 2020 los trabajos en el Parc de la Ciutadella descubrieron nuevas ruinas de la Ciudadela borbónica del siglo XVIII y de la muralla medieval de la ciudad y, el verano pasado, los trabajos de reforma de la Rambla sacaron a la luz vestigios de los siglos XIII y XVIII. Ahora, las nuevas obras de reurbanización de la Rambla han vuelto a dejar al descubierto un pedazo de historia de la ciudad.
Este miércoles 7 de febrero, los trabajos en el tramo bajo del paseo han localizado 20 metros de la primera muralla medieval del siglo XIII. Además, dentro de la misma zona también se han encontrado restos de los antiguos Cuarteles de Drassanes, que se construyeron a finales del siglo XVIII. Según ha explicado el miembro del Servicio de Arqueología de Barcelona, Xavier Maese, los restos tienen un gran valor patrimonial y se han localizado "prácticamente todos los elementos patrimoniales más importantes al realizar una excavación".
Los restos del Cuartel de las Drassanes pertenecen a un edificio del año 1792, que se construyó alrededor de un gran patio central y adosado al recinto de las antiguas Drassanes. Ahora que los restos han quedado al descubierto, se puede observar de forma clara el patio de armas de los cuarteles, situado frente al edificio de la Delegación de Defensa. Estos cuarteles se construyeron en el mismo momento que el proyecto original de Las Ramblas a finales del siglo XVIII, junto con el semibaluarte de Drassanes, y fueron derribados en 1935.
¿Cuál es el origen de la muralla?
La muralla del tramo bajo de la Rambla corresponde a la primera de la ciudad, concretamente al tramo que encargó construir el rey Pedro II el Grande en 1285 para proteger Barcelona durante la confrontación con Francia. Una vez finalizó el conflicto, las tareas de fortificar la ciudad recayeron en el Consell de Cent y se convirtió en la primera obra pública de la que se hizo cargo. Este tramo cerraba la Barcelona medieval, excepto la parte del mar, y dejaba lo que ahora conocemos como el barrio Gòtic en la muralla.
A pesar de que el Consell de Cent continuó el proyecto, la urbanización de la Rambla empezó en el siglo XVIII, pero como todavía era un torrente, tuvo que desviarse la riera. A finales del mismo siglo el espacio pasó de ser una riera a un espacio peatonal, un cambio que obligó a desmontar la muralla y las casas afectadas para construir la Rambla tal y como la conocemos hoy en día.