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El Ayuntamiento ha enterrado el hacha de guerra con el Gremi de Restauració. Esto siempre es una buena noticia. El Gobierno anunció que cuando entremos en la fase 1 de vuelta a la normalidad -sea en Barcelona el 11 de mayo o después- los bares y restaurantes solo podrán ofrecer servicio en la terraza y al 50% de su capacidad. Una noticia que fue recibida con indignación y estupor por parte del colectivo de la restauración. Ahora bien, el consistorio barcelonés tiene competencias para modificar las condiciones de las terrazas en la calle, y ha consensuado una serie de medidas con el Gremi de Restauració "para poner facilidades a las terrazas y la restauración y animarles a que abran", según ha explicado el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni. Las medidas son:
1. Reducción de un 75% de la tasa de terraza
La reducción de la tasa se hará efectiva cuando se termine el estado de alarma -ahora bares y restaurantes no están pagando tasa de terraza- y será vigente hasta el 31 de diciembre. El consistorio calcula que con esta medida dejará de ingresar siete millones de euros.
2. Ampliación del espacio de terraza
En Barcelona hay unas 5.700 terrazas de bares y restaurantes, y el 70% tienen cuatro mesas o menos (es obvio que abrir todo un restaurante para dar servicio a dos mesas es poco viable, imaginad si hubiera sido al 30% como anunciaron en un principio). Según explica Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo, el Ayuntamiento posibilitará que "tres de cada cuatro terrazas de este 70% puedan mantener su número de mesas". Esto se conseguirá ampliando el espacio entre mesas a base de reducir espacio en la circulación de coches, bien sea en plazas de aparcamiento o en carriles de circulación. "Ganaremos espacio a los coches, que dejarán pasar y en todos los casos se respetarán las distancias de paso entre tablas y peatones, así como las medidas de sanidad y seguridad", asegura Sanz.
3. Manga ancha y creatividad en estado de excepción
¿Qué pasará con las terrazas de más de cuatro mesas? Sanz ha anunciado que el Ayuntamiento ha "hecho un gran esfuerzo para crear un comité técnico que estudie caso por caso y ofrecer, de manera ágil y telemática, soluciones de ampliación en la medida de lo posible". Como por ejemplo, en el caso de plazas o núcleos antiguos, se podrían encontrar "fórmulas creativas para llevar la actividad del local más allá de la puerta".
Insiste en el estudio individual de cada caso, sin concretar aún si se podrán poner barras a pie de calle, por ejemplo. Y el Gremio de Restauración llama a los restauradores que comenzaban a plantearse cerrar el negocio para que se acojan a la ampliación de las terrazas. Un decreto de la alcaldía concretará el procedimiento de presentación de solicitudes, que será telemático y muy ágil, basado en el modelo de declaración responsable.
4. De casa se sale meado!
¿Recordáis aquel clásico de Joan Clos? Todo apunta a que tendremos que aplicarlo, al menos en la fase 1. No se podrá ir al baño de los restaurantes (obvio, estarán cerrados!). Y desde el área de espacio público del Ayuntamiento nos cuentan que aún no se han planteado la cuestión de instalar aseos polínicos cercanos a las terrazas. Y un servidor se imagina que el no poder aliviar la vejiga posibilitará que pasemos menos tiempo en el bar, y por lo tanto habrá más rotación.