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¿Cómo habría sido esta pandemia si nos hubiésemos podido ver las caras en vez de adivinar el rostro que se esconde bajo la mascarilla de los otros? Los solteros han tenido que dejar de ligar en la cola del súper, los adolescentes han podido ocultar su acné bajo tela, los que quieren pasar desapercibidos se sienten en el paraíso, pero ¿qué pasa por ejemplo con aquellos que necesitan leer los labios para poder comunicarse?
El último producto que ha lanzado la empresa Maskin, dedicada a la producción de mascarillas higiénicas, es esta mascarilla transparente. Diseñada y manufacturada en Barcelona, es una solución no solo a la pandemia, sino también a la despersonalización en nuestras labores comunicativas diarias, retos medioambientales, integración social, comodidad, seguridad y estética. Todo esto queda avalado por una homologación en territorio europeo y una patente de diseño.
La nueva mascarilla de Maskin cuenta con materiales biocompatibles y antibacterianos, las piezas de las cuales se compone han estado exhaustivamente testadas con el fin de conseguir la máxima salubridad. Otra de sus características es su sistema 'anti-fog', el cual permite eliminar la barrera visual que el vaho ocasionaba con una solución innovadora en el campo científico-tecnológico. Además, la empresa ha desarrollado una técnica hermética que asegura una completa filtración de todo tipo de partículas.