[title]
Esta mañana ha fallecido el arquitecto Ricardo Bofill Leví a los 82 años, un arquitecto barcelonés cuya trayectoria internacional brillante ha sido el artífice de obras arquitectónicas que han definido la ciudad de Barcelona, como el Hotel Vela, el Teatre Nacional de Cataluña, la Terminal 1 del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y el edificio Walden.
Bofill nació en 1939 en la ciudad de Barcelona y desde joven marcó tendencia cuestionando las tendencias dominantes de la arquitectura. Sus obras son en todo el mundo –concretamente, tiene alrededor de mil obras en cuarenta países distintos– y no se caracterizan por un estilo concreto, sino por la libertad estilística, la diversidad y la innovación.
Fuera de Barcelona, destacan otros edificios de Bofill, como el Castillo de Kafka de Sitges, el Santuario de Meritxell de Andorra o el parque del Manzanares de Madrid. Y si nos centramos en su trayectoria internacional, no podemos obviar el Edificio Shiseido de Tokio (la sede corporativa de esta empresa homónima), la Cartier de París y las sedes de Ben Guerir y Rabat de la Universidad Mohammed VI. Además, también tiene obra en Praga, Luxemburgo, Casablanca, Houston, Burdeos y Montpellier.
En 1963, Ricardo Bofill fundó el Taller de Arquitectura, formado por arquitectos pero también otros profesionales como el crítico literario Salvador Clotas, el poeta José Agustín Goytisolo o el economista Julia Romea. De hecho, es esa voluntad de ser transversal lo que caracterizó su trayectoria profesional, cuyo legado continúan sus dos hijos que llevan ya unos años liderando este taller.
El pasado mes de septiembre la Universidad Politécnica de Barcelona invistió a Ricardo Bofill doctor honoris causa en reconocimiento de su trayectoria. Para despedirlo, los días 26 y 27 de enero se celebrará un acto en el que amigos y admiradores de su arquitectura podrán acudir a la emblemática sede del estudio para rendir homenaje al arquitecto.