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Ahora que vamos acaloradas y con poca ropa, es el momento ideal para despertar la sensualidad y el deseo de la piel. ¿Cómo? Pues practicando el masaje erótico con el amante (o amantes) que corresponda. Un masaje erótico puede proporcionarnos una experiencia sensual y excitante y hacernos llegar al nirvana, pero es un arte que hay que conocer. Aquí os damos algunas ideas para potenciar esta experiencia de placer con los cinco sentidos.
Talleres: conocer la teoría para pasar a la práctica
Si quieres ser uno o una pro en la materia, hay que tener en cuenta muchas cosas: la preparación del ambiente, conocer como jugar con la respiración, las posturas, las zonas erógenas del cuerpo, las técnicas para potenciar un tacto sensual y erótico, los olores más adecuados… Para profundizar, puedes apuntarte a alguno de los talleres vivenciales que ofrecen durante el año las tiendas eróticas de amantis o a las sesiones que se imparten a la Sex Academy, la primera academia sexual en el Estado español. Y si lo que quieres es conocer más a fondo el masaje tántrico, un viaje sensorial y de conexión con tu pareja, presta atención a los talleres que oferten Adas Aurea o Sex Coach Tantra.
Aceites de masaje: un festival de texturas y olores
Si el que quieres es elevar la experiencia del masaje erótico, nada mejor que acompañarlo de algún aceite o lubricante de masaje que pueda multiplicar las sensaciones en el cuerpo y crear un clima afrodisíaco y excitante. Además de hidratar la piel y ayudar a relajar las tensiones, los aceites o hielos de masaje ofrecen texturas, olores e incluso sabores para cada persona. Puedes escoger entre un aceite de vainilla, nuez, menta o chocolote, probar una loción con feromonas o utilizar un lubricante de masaje para acariciar las zonas más erógenas del cuerpo del amante. ¿Ya has encontrado el aroma que te pone a mil?
Juguetes vibradores: aliados para una estimulación intensa
Para hacer masajes eróticos no solo valen las manos: no está de más recurrir a algún vibrador con el cual puedas acariciar los puntos más erógenos de tu pareja para provocar estímulos intensos. Aquí, las posibilidades son infinitas: tienes desde una seta vibradora que puedes colocar entre los dedos para hacer un masaje por el contorno de los pechos, las piernas, la espalda, la vulva o las nalgas (propias o ajenas) hasta una colección de vibradores "veggies" en forma de berenjena o zanahoria que pueden servir para hacer un masaje desestresante o estimular los pezones, el clítoris o la planta del pie.
¡Ahora sí, a relajarse y a abandonarse al placer piel con piel!