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Hace dos años que se anunció que Maria del Mar Bonet actuaría en la vigésima edición del Primavera Sound, algo que se recibió con tanta alegría como cuando se supo que los Antònia Font se reunirían en el escenario también en el festival. Pero el concierto de Bonet era además la reparación de un agravio histórico: una de las voces en activo más importantes de la música europea –no digamos de la música en catalán–, con más de 50 años de carrera, no había cantado nunca en el mayor festival de la ciudad como sí lo han hecho muchísimas otras voces veteranas, sobre todo del ámbito anglosajón.
Bonet tuvo que esperar dos años, pero finalmente llegó su momento, además, en un entorno privilegiado, el del Auditori Rockdelux –que es como se llama durante el festival el auditorio del Fòrum–, un oasis en medio de un festival mastodóntico, demasiado grande, con demasiada gente para que los conciertos se puedan disfrutar con comodidad. El auditorio no estaba lleno del todo, pero el público que se congregó recibió a la mallorquina con entusiasmo y ella correspondió con un concierto intenso que se hizo demasiado corto, una hora que pasó volando y dejó a la concurrencia con ganas de más.
Danza de primavera
Enseguida se mostró agradecida con el festival y por eso ofreció 'La dansa de la primavera', una pieza del disco 'Anells d'aigua', de 1985: "Febrer m'ha duït la carta tan precisa: / Vol que els lilàs s'obrin pels dits / I, en el cor, m'hi creixi una palmera / Què exigent que ve la primavera!", dice la canción. Meciendo las canciones con sonidos que nos hacían viajar por el Mediterráneo y que a veces nos adentraban en terrenos de la psicodelia, le acompañaba el sexteto formado por Dani Espasa al piano, teclados y acordeón, Borja Penalba a las guitarras y voces, Toni Cuenca al contrabajo, Antonio Sanchez a las percusiones y Marc Vila a la batería.
Bonet también se acordó de dos figuras clave de la música catalana desaparecidas este año: Jordi Sabatés, autor de los magníficos arreglos de teclado de 'Jo em donaria a qui em volgués'; y Pau Riba, de quien cantó 'Es fa llarg esperar'. Tampoco faltó 'Alenar', la canción que samplearon Manel en 'Per la bona gent' y con la que gente de nuevas generaciones ha descubierto Maria del Mar Bonet.
Con el agravio histórico reparado y la esperanza de que el nombre y la voz de Bonet haya llegado a orejas de nuevas hornadas de público local y extranjero, Bonet se despidió con un único bis, una 'So de pastera' a cappella seguida de una ovación que volvió a lanzarnos al sol del festival, a las colas, a las aglomeraciones.