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Todo el mundo sabe quién es Manu Guix, pero no es fácil resumir toda la música que le ha corrido por las venas y le han movido los dedos durante casi 30 años de carrera. En el teatro musical, en la televisión, en la publicidad, en la radio. Es el hombre de las teclas, pero no sólo blancas y negras, porque aparte de éstas toca otras. Además de pianista es arreglista, director musical, productor, ha publicado seis discos como compositor y cantante y tiene un estudio de grabación por donde han pasado Rosalía, Shakira, Nathy Peluso, Serrat y muchísimos otros más artistas importantes.
Nacido en una familia de médicos, Manu se apoderó del órgano del abuelo cuando tenía 4 años y ya no lo soltó. Debutó en un musical a los 15, empezó a trabajar con la compañía El Musical Més Petit a los 17, y después ya todo fue cuesta arriba. Con Àngel Llàcer ha hecho 'El Petit Príncep', 'Jéronimo Stilton', 'La jaula de las locas', 'La tienda de los horrores', 'Cantando bajo la lluvia', 'The producers' y ahora, mientras nos despierta cada mañana con una canción en 'El matí de Catalunya Ràdio', prepara la adaptación al catalán del musical 'El dia de la marmota', que llega en diciembre al Coliseum. Aquí tenéis un fragmento de la entrevista que Míriam Riau, Borja Duñó y Julen le han hecho en Caps de Cartell, el podcast musical de Time Out Barcelona.
No paras ni un segundo.
Ya. Yo qué sé. Tengo la suerte de que me lo paso muy bien trabajando. Siempre digo que una de mis grandes fortunas es que trabajo con mis amigos. Todo lo que hago de música lo hago con Roger Rodés y todo lo que hago de teatro lo hago con Àngel Llàcer, y siempre hago o teatro o hago música. Por tanto, siempre estoy trabajando con mis amigos. Y trabajando me lo paso pipa. Así que nunca tengo la sensación de que trabajo y yo creo que por eso trabajo tanto.
Incluso cuando tienes que levantarte cada día a las 7 de la mañana.
Incluso cuando tengo que levantarme cada día a las 7 de la mañana. Yo soy de los que a las 10 y media ya se van a la cama.
Te levantas a esta hora para hacer la sección de 'El matí de Catalunya Ràdio', donde la gente llama para dedicar una canción a otra persona, una canción que interpretas en directo.
Siempre han sido situaciones muy bonitas, de gente que yo que sé, quiere felicitar a su novia que ha pasado un examen, cosas así, son todo cosas bonitas. O eso, o tengo mala memoria, que también podría ser, ¿eh? Lo que sí recuerdo es que le dije a Ustrell: “Mira Ustrell, yo esto te lo hago, pero me reservo el derecho a que la segunda semana, si estoy hasta las narices, lo dejo”. Va, pues, toda la temporada. Y va bien, va bien. Contento y feliz, como aquí.
Lo del despertador a las 7 enlaza con el musical 'El día de la marmota', basado en la comedia que protagonizaba Bill Murray en el cine, y que se estrena en el Coliseum en diciembre y en catalán. Cuéntanos un poco en qué momento está.
Pues mira, está en pleno proceso creativo porque empezaremos los ensayos a mediados de octubre y estrenaremos a mediados de diciembre. Y ahora estamos en fase de preproducción. Será un espectáculo donde, aparte de tener a mi banda, es decir, a seis músicos en directo, habrá mucho apoyo de cosas grabadas. Y yo ahora estoy secuenciando todos los temas, poniendo claqueta en cada una de las canciones para grabar los instrumentos que no tendremos en directo y que puedan sonar. Además será un espectáculo tecnológicamente bastante complicado porque hay muchas videoproyecciones. Va bien que haya parte de la música grabada, porque se tira un código de tiempo y de ese código de tiempo se cuelga toda la imagen y toda la luminotecnia.
"Veremos una producción muy grande y, por fin, en catalán, que es algo que yo ya necesitaba"
¿Cómo será 'El dia de la marmota'?
Será técnicamente ambicioso y, sobre todo, muy divertido. Es un espectáculo muy guapo, la música mola mucho, es de Minchin [Tim Minchin], del compositor de 'Matilda', que tiene unos temas muy guapos. Tenemos un reparto de lujo, con el que ya hemos trabajado en musicales anteriores, con Roc Bernadí, Diana Roig, Oriol Burés... Habrá mucho talento en el escenario y veremos una producción muy grande y, por fin en catalán, que es algo que yo ya necesitaba, necesitaba hacer cosas así en catalán.
Con 'The producers' hubo algo de jaleo y ahora la Generalitat ha abierto una nueva línea de ayudas para hacer musicales en catalán, o para adaptarlos. Al final este alboroto ha servido de algo, ¿no?
Nosotros hemos hecho los últimos cuatro espectáculos en castellano. 'La jaula de las locas', 'La tienda de los horrores', 'Cantando bajo la lluvia' y 'The producers' de la mano de Jordi Sellas y Nostromo, que eran los que se jugaban el dinero, eran los productores. La gente cree que los productores somos Àngel y yo, y no. Nosotros somos unos trabajadores que se nos contrata para esto. Y los productores eran Jordi Sellas y Nostromo. Hicimos estos espectáculos grandes, muy ambiciosos, de hecho, 'The producers' costó cerca de 3 millones de euros, estamos hablando de producciones enormes y las hicimos en castellano.
¿Se intentó hacerlo en catalán?
Jordi fue a pico y pala hablando con la gente de la Generalitat para intentar que eso que en castellano se puede hacer, en catalán es prácticamente imposible si no hay una ayuda económica detrás. Y después de estos cuatro años demostrando que se pueden hacer producciones grandes desde aquí y que funcionen, finalmente Gene ha considerado dar esta nueva ayuda para hacer grandes formatos en catalán. Y claro, esto es estupendo, porque la gente nos decía “oh, pero es que Dagoll Dagom”, porque el 'Mar i cel' era en catalán. Claro, era en catalán, pero con una porrada de dinero público, que está muy bien que se lo dieran entonces, eh, no lo critico ni mucho menos, pero esas ayudas no estaban ahora. Y parece que vuelven a estar ahí, y es una grandísima noticia.
Es el enésimo musical que haces con Àngel. ¿Cómo es vuestra relación artística? Porque decimos siempre Àngel-Llàcer-i-Manu-Guix, todo seguido, como si fuera una misma cosa. Formáis una especie de extraña pareja?
Ahora estamos en una etapa de madurez de nuestra relación. Claro, es que Àngel y yo trabajamos juntos desde el año 98…
Con ‘El somni de Mozart’.
Hicimos 'El somni de Mozart' en la primera temporada del Nacional de Catalunya. Allí nos hicimos muy amigos y desde entonces trabajamos juntos. Y claro, hace 26 años, por eso ya estamos en una época madura y reposada de nuestra relación, porque hemos pasado por todos los estadios. Al principio, con la euforia y la juventud, nos veíamos todos los días, salíamos de fiesta, y lo hacíamos todo, todo juntos. Ahora yo tengo a mi familia, Àngel tiene sus cosas... Lo que pasa es que nos vemos, nos vemos mucho, porque siempre trabajamos y siempre trabajamos juntos. Pero nos entendemos muy bien. Yo creo que la clave de seguir trabajando juntos es que nos admiramos mucho, y nos amamos mucho el uno al otro. Y a partir de ahí todo fluye.
"Àngel [Llàcer] ya está recuperado, pero nos ha jodido un susto muy importante. De hecho se moría"
Por cierto, Àngel ha sufrido una situación de salud muy grave. ¿Cómo se encuentra?
Ahora está perfecto. Ya está, ya está recuperado, nos ha pegado un susto muy importante. Bien, de hecho se moría. Dios no, sí, sí. Tuvo algo muy, muy serio, pero ya está, ha salido adelante y ya está.
¿A tus hijos les cuentas un cuento por la noche o les tocas una canción con el Casio?
No, les cuento cuentos. Yo no escucho música en casa, nunca. No, no, yo no escucho música ni en el coche. A mí, de hecho, el coche me gusta que me hablen. Que me cuenten cosas. Y a los niños, sí, les cuento cuentos. Esto es sagrado. Cuento, canción y masaje.
El año pasado publicaste un libro para niños, 'Roc al cor!', ligado a música y emociones a través de tu vida. ¿Esto lo hiciste un poco inspirado también por tus hijos? ¿O siempre has tenido esa voluntad también de acercarte a los más pequeños, más allá de los musicales?
Esto fue una propuesta de la gente de Penguin Random House, que se pusieron en contacto conmigo y me dijeron “escucha, ¿quieres que hagamos un cuento?” y me cogió en un momento vital ideal. Pero yo nunca había tenido la inquietud ni la necesidad de escribir, ni mucho menos, no sería capaz. Fueron ellos que vinieron a buscarme e hice la canción [que acompaña al libro]. Es un libro absolutamente autobiográfico, cuenta mi vida cuando yo era pequeño, mi madre tenía la ilusión de que fuera concertista de piano y a mí me gustaba Elton John. Es muy bonito, os lo recomiendo.
'Your song', de Elton John. ¿Eso fue lo que te hizo el clic?
Sí, sí, yo creo que sí. Me acuerdo muy bien. Con mi hermana cuando íbamos en coche nos hacíamos las típicas cintas de casete de 'Varios verano 86', 'Varios verano 87'. Y recuerdo que en uno de estos casetes pusimos el 'Your song'. Recuerdo oír esa canción en el coche, y mira que era bastante anterior [de 1970]. Y, hostia, escuché 'Your song' y de repente fue como... Yo empecé la carrera de piano cuando era muy joven, debía de tener 6 años, y a los 10 o 12 que ya estaba en cuarto, quinto de piano, que ya empieza a ser un poco pesado, dije “yo quiero hacer esto, yo no quiero tocar los estudios de Chopin…” Yo quería eso, después vino Nirvana, y ya todo se complicó más. Pero 'Your song' es lo que a mí me hizo ver que había alguien con el piano que también había estudiado la carrera clásica y que podía hacer canciones y tocarlas. Y yo de repente dije “ah, es esto, yo quiero esto”.
Aquellos tribunales serios, ese temblor de manos, esas manos frías, debes hacerlo perfecto.
A mí en los primeros exámenes de piano me ponían listines telefónicos en el suelo para poder apoyar los pies. Y de hecho la carrera ni la terminé, llegué a 8º, y en mi época, que era el plan del 66, eran 10 años. Pero claro, a partir de 6º y 7º o empezabas a practicar tres o cuatro horas diarias o era imposible aprobar, y yo nunca estudié más de una hora.
"Desarrollé una técnica para simular que estudiaba en casa, pero en realidad dormía"
¿Llegaste a odiarlo?
Por supuesto, yo quería matar a todo el mundo. Hubo un momento, a los 14, 15, que a la hora del recreo tenía que encerrarme en la clase de música y practicar piano, mientras mis amigos jugaban y lo odié mucho. De hecho, llegué a desarrollar una técnica para simular que estudiaba en casa, pero en realidad dormía.
¿Y cómo era esta técnica?
Mi madre estaba por casa y yo tenía el piano en la habitación. Quiero decir que tenía que hacer ruido. Y yo tocaba un momento, triqui-triqui-triqui-triqui-tri, paraba, dormía 30 segundos, y seguía, porque es que no podía. No lo soportaba. Ya en 8º dije “chicos, lo dejo, lo dejo porque realmente o te entregabas muchas horas cada día, o no salías adelante”.
Lo que hacéis en Medusa, el estudio que tienes con Roger Rodés, es más divertido, ¿verdad? Habéis recibido varias nominaciones y dos Grammy latinos por la grabación con Nathy Peluso de Roger. Pero ha pasado mucha gente, Rosalía, Shakira, Mariah Carey…
¡Sí, sí, hombre, por supuesto! Es muy guay. Medusa últimamente nos está dando muchas alegrías. Roger y yo tenemos estudio juntos desde el año 98, también, es decir, que como con Àngel llevamos 26 años juntos en un estudio. Medusa lo inauguramos en el 2010. Y, ostras, fue una apuesta muy fuerte, porque el estudio anterior era un pequeño local de 50 metros y allí nos lo hacíamos todo, y de ahí pasamos a un local de 400 metros, con varias salas, con un equipamiento muy top. Dijimos "a ver qué pasa" y empezamos grabando de todo, grupos de aquí, novatos, maquetas, y, ostras, poco a poco, yo supongo que el boca-oreja, y dentro del mundillo nos hemos ido ganando un nombre. Últimamente estamos haciendo cosas muy guays, eso que dices, ¿no? Rosalía, Nathy Peluso, Skrillex, Lil Nas...
¿Hay artistas que están de gira en Barcelona, piden un estudio y se os presentan ahí?
Sí, sí, mucha gente que yo no sé quiénes son, porque yo soy viejo y como no escucho música… Carol G, yo no sabía quién era Carol G. Resulta que en el estudio está Carol G... y yo, “¿quién es Carol G?” Miras Spoti y ves 70 millones de oyentes mensuales, y dices “hostia, sí, sí”, pero es divertido, y es guay ver que cada vez hacemos cosas más chulas. Roger y yo también ahora hemos firmado como compositores para Sony Publishing, y no hace mucho hicimos un campus de composición en Medusa con artistas del Primavera Sound y compositores de toda Europa, de Sony… Durante una semana Medusa fue como un hub musical muy guapo. Tener un espacio que te permita hacer todo esto y tener cinco estudios trabajando en paralelo con productores de todo el mundo es muy chulo, es muy enriquecedor. Es que ahora hago reggaeton, ¿eh?
¿Cómo?
Roger y yo ahora estamos produciendo reggaeton. Me encanta. ¡Me lo paso pipa!
¿Y te da rabia que la gente critique tanto el reggaeton?
¿Cuántos años hace que suena el reggaetón? 20 años? Todo el mundo decía "esto es una moda" y mira, ya llevamos 20 años de reggaeton. Es como todo, hay reggaeton que es una mierda, pero hay reggaeton muy guapo, también. Como todo en la vida. Y yo intento huir mucho del discurso de abuelo cebolleta, de la música de antes era mejor... ¿Qué quieres que te diga? Yo creo que todo cambia, la tecnología cambia, la forma de hacer música también cambia, y yo intento mantenerme con la mente muy abierta. Es verdad que antes las cosas se tocaban y se cantaban y tenías que saber cantar o saber tocar, sino no podías grabar un disco. Y escuchas discos de los 70 o de los 80 y dices, hostia, claro, es que todo esto está tocado y es de verdad, y yo lo percibo de una manera especial, y para mí tiene mucha magia, y ahora ya no hace falta que sepas cantar porque te afina una máquina, o no tienes que saber tocar la batería porque con un teclado te la pones y haces 'tutupapatutupa' y ya lo tienes ahí, pero eso no quiere decir que la música que se haga sea peor o que tenga menos calidad.
Ahora, ¿qué es importante a la hora de hacer música?
No sé, es mi opinión, pero yo creo que ahora la gente se empeña en sorprender. Ahora la música debe sorprender, tienes que hacer algo diferente. Y a mí esto me parece un error, porque no te enfocas tanto en la creación como en la estética. Yo creo que ahora existe una gran preocupación por la estética sonora. Tienes que utilizar unos sonidos que no utilice nadie, debes hacer una mezcla de estilos que no haga nadie, y ya no se piensa en las canciones. Antes se componían canciones, ahora no. Bueno, no lo sé, es la percepción que yo tengo. Tienes que sonar moderno, debes ser diferente... pero, hostia, ¿y las buenas canciones donde quedan?
Y pensarlo todo para clips de 20 segundos.
A mí me gustan las canciones, yo qué sé.
¿Te da miedo que ahora se pueda hacer música con inteligencia artificial?
Un poco sí. Yo creo que esto se va a acabar prohibiendo. O, al menos, creo debería ser una herramienta que tengas en casa para uso doméstico, para divertirte. Cuando entra en juego hacer una banda sonora de una película con inteligencia artificial y que la productora ahorre toda la partida presupuestaria destinada a la música, sí, me preocupa. Y sobre todo está el tema de los derechos, de quién es una obra que haya creado una inteligencia artificial. ¿Es de la persona que ha puesto los 'inputs' para que sea de esta manera, es del algoritmo, por tanto, ¿es de la compañía que ha programado este software? ¿De quién es? Y aquí hay un follón legal aquí de la hostia. Y de hecho no hay nada claro, que yo sepa todavía, y ya veremos cómo se legisla.
Hablemos de 'Operación triunfo'. Tú has estado ahí desde la primera edición.
Sí, sí.
Viste cómo entraban, vírgenes y puros, Rosa, David Bisbal, Chenoa… Es imposible que fueráis conscientes del boom que sería aquello.
No, está claro que no.
"Había gente acampada frente a la academia de 'O.T.'. Fue muy bestia"
En algún momento sufriste por aquellos superjóvenes cuando salieran de allí, el boom que habían supuesto y ¿cómo podía ser de gorda la toña que se podrían acabar metiendo?
Sí, sí. Aquello fue algo muy bestia. Yo siempre estaré muy agradecido, porque creo que tuve la suerte de vivir algo que fue muy potente. Y recuerdo perfectamente empezar ‘O.T.’ y que no nos mirara ni el tato. A mí, Nina me dijo “ven, que estamos preparando un programa, unas galas en Televisión Española”. Y en aquella época, si te decíam 'gala' y 'Televisión Española' pensabas en José Luis Moreno y 'Noche de fiesta', porque era aquello. Estábamos allí, pasa una semana, dos semanas, no nos mira nadie, tres semanas, entra el Ángel de profesor de interpretación y de repente eso hace patapam! Y se convierte en un fenómeno que cambió la historia de la tele en España. Fue muy bestia. Yo pasé de aparcar delante de la academia a tener que aparcar a 150 metros y que viniera un 'segurata' para acompañarme hasta la puerta todos los días. Había gente acampada delante. Fue muy bestia. Fue un fenómeno que nunca hubiésemos podido imaginar que se haría así de gordo y que los niños gestionaron como pudieron. Y algunos lo llevan mejor y otros peor. Pero realmente aquello fue una hostia muy bestia que volvió a repetirse bastante con la del 2017.
La del 2017 es como un renacimiento, ¿no?
Y ésta última también, otra vez. De hecho, la gira la terminamos no hace demasiado y ostras, es muy bestia. Ha vuelto a tener un seguimiento espectacular. Es un fenómeno que siempre que le dejen descansar… Yo siempre digo que ‘O.T.’ debería ser como los mundiales y hacer uno cada cuatro años. Esto sería ideal. Lo que ocurre es que, claro, las productoras que se dejan el dinero necesitan recuperarlo. Pero si lo dejan respirar un poco, ‘O.T.’ tiene larga vida por delante, seguro. Es una pasada.
¿Cuál es la cosa más 'chunga' que te ha pasado en directo?
Hay una bastante guapa. Primera época Laporta del Barça. Se empezó a inventar esas cosas, que en la media parte de los partidos un artista acudiera al Camp Nou a hacer un playback. Y yo fui justo cuando sacamos el disco de versiones del Llach [‘Onze Llachs’, 2008]. Me tocó ir a un partido y en el descanso, en medio del campo, hacer el playback del 'País petit'. Fui con el piano y mis amigos que hacían de figurantes, de la banda. Entonces disparan la canción, que empieza con una intro de piano, hago unos acordes y de repente hay un super 'break' de batería y entra la banda. Entonces, la batería está mal montada y a mi amigo se le cae el tambor, se le cae el plato… voy hacia allí a ayudarle y mientras tanto empieza a sonar mi voz. Y yo corriendo hacia el piano... Me puto morí. Esto es lo peor que me ha pasado nunca.