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Los panellets son una elaboración muy sencilla, pero nos vuelven locos. Y este año habrá colas para comprar los de la pastelería Carrió, en Gràcia: han ganado el tercer concurso de la Ruta de Mejores Panellets de Piñones Artesanos de Catalunya, que organiza Panàtics y el Gremi de Flequers de Barcelona.
Un jurado especialista ha considerado que ellos lo hacen mejor que el resto de 37 pastelerías contrincantes: los aspectos que han valorado son la estructura global, la imagen exterior, la calidad de los piñones, la valoración del mazapán y el sabor y la estructura en boca.
Oriol Carrió, en el obrador, y su hermana Anna, en ventas, son la segunda generación de una pastelería de barrio y familiar que se fundó en 1983, lejos del siglo largo de caché burgués de instituciones de la zona alta. "El premio posibilita que las ventas crecerán un poco más, pero sobre todo me alegro mucho por el orgullo que sienten los clientes", explica Oriol, un pastelero de 34 años –su hermana tiene 26– que ha modernizado un negocio clásico con un toque autoral y alta calidad. "Somos de barrio, pero nos hemos especializado en un toque personal y tecnología de ahora". En 2019 ya ganaron el premio a la Mejor Coca de Sant Joan.
Pruebo un panellet y sí, es perfecto. Carrió revela que su receta, además de harina de almendra, azúcar, huevos y piñones, lleva algo de patata. Patata en los panellets es un debate casi tan recurrente como el de la cebolla en la tortilla. "Tiene todo el sentido del mundo. Si compras unos panellets a 65 euros el kilo, y al día siguiente están secos y duros, te cabreas. Un poco de patata conserva la humedad dos días", razona (añade que le han llamado pasteleros "crucificándolo" por la presencia del tubérculo en el dulce).
Este año los panellets volverán a salir caros: "Al final, la pastelería es un producto de lujo, y no es solo el precio del piñón y almendra, sino los incrementos de suministros y alquileres", pone en contexto. Podéis pedirle a Carrió todas las recetas y trucos que se os antojen: "Al cliente que quiere aprender cosas, que pregunte y le cuento. Tienes que vaciarte para volver a llenarte", es su generosa filosofía.
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