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Seguro que muchos adictos a las mejores películas de la cartelera van mucho al cine. Pero también es cierto que otros muchos espectadores llevan años sin comprar una entrada. El caso es que la frecuencia con la que los catalanes acuden al cine no para de disminuir a lo largo de las últimas décadas, y la pandemia lo ha acentuado, según informa ACN.
Según los últimos datos recogidos por el Anuario de la SGAE, en Cataluña en 2022 la media de compra fue de 1,46 entradas por habitante, es decir, que los catalanes vamos menos de dos veces al cine por año. Si miramos la frecuencia quince años atrás, en 2007, se situaba en 3,7 veces por habitante. El cambio es significativo.
Pese al cambio de hábito que la pandemia y la popularización de las plataformas de contenido a la carta han instalado, los exhibidores se muestran optimistas. En 2022 se vendieron en Catalunya 11,2 millones de entradas, unos 3,4 millones de espectadores más que en 2021. El crecimiento continúa la tendencia de recuperación de público después de la pandemia, pero todavía está lejos de las cifras de 2019.