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La mascarilla ya es, oficialmente, el elemento o la pieza del 2020. Ha llegado para quedarse y lo ha hecho de una forma repentina, por necesidad y cargada de incomodidades que no la harán el producto más querido de la década pero quizás sí el que ha salvado más vidas. Está concebida para evitar que las partículas que se segregan al respirar lleguen a las personas que tengas a menos de 2 metros y, de este modo, se puedan evitar contagios. Desde hace unos meses su uso es obligatorio en prácticamente todos los espacios públicos de España, solo te salvas si practicas algunas excepciones. El fenómeno de la mascarilla es tal que ya puedes encontrarlas con mil diseños originales, sostenibles, para niños, 'freaks' e, incluso, ya está en el mercado la que neutraliza la misma covid-19.
A pesar de que la mascarilla no es un elemento 100% seguro para evitar propagar el virus, los expertos aseguran que tiene un alto poder de contención de contagios. Aun así, los sanitarios insisten en que hay que hacer un buen uso y que la mayoría de gente comete muchos errores a la hora de llevar el tapabocas. Si se lleva pero se lleva mal lo que se crea es una falsa sensación de seguridad y esto puede elevar el riesgo de contagio. A continuación detallamos los 5 errores más comunes que hay que evitar si queremos una mascarilla efectiva y segura:
1. Solo cubrirse la boca
Si llevas la mascarilla con los orificios nasales por fuera, ¡lo estás haciendo fatal! Gran parte del ejercicio respiratorio lo hacemos por la nariz, por lo tanto, si dejamos esta parte fuera de la protección de la mascarilla, de bien poco servirá su uso. Tanto para contagiar como para ser contagiado. Además, si no llevas la nariz cubierta por la mascarilla, también te arriesgas a contaminar la propia mascarillas, ya que acumulará bacterias y gotas en la parte externa.
2. Manipularla con las manos sucias
Es muy importante tratar la mascarilla como un elemento sanitario y, como tal, exponerlo lo mínimo a contaminaciones externas. ¿Qué hay que hacer para no ensuciarla cuando nos la ponemos?
- Lavarse las manos antes de cogerla.
- Tocar la mascarilla solo por las gomas de las orejas.
- Fijar la mascarilla por la parte superior de la nariz e intentar tocar lo mínimo la parte frontal.
- Para retirarla de la cara, siempre hay que hacerlo por la parte de atrás de las orejas.
- La mascarilla quirúrgica o desechable hay que guardarla en una bolsa o recipiente de plástico o papel.
3. Guardarla en el brazo o en el bolsillo
Es frecuente ver a gente que cuando se sienta en una terraza, por no dejar la mascarilla sobre la mesa se la cuelgan del brazo. ¡Error! Solo hay una buena forma de proteger una mascarilla de otras bacterias: guardarla en una bolsa o en sobre de papel o de plástico. Preferiblemente se recomienda que sea de papel porque atrapa menos la humedad que el plástico. ¿Eres de los que la extiende al sol? No es lo más recomendable, puesto que los cambios de temperatura y la radiación solar pueden echar a perder el tejido especial del que están hechas las mascarillas sanitarias.
4. No desinfectarlas correctamente
Cuidar bien las mascarillas reutilizables es esencial para que sean seguras y tengan una larga vida. Si se trate de una FFP2, FFP3 o N95 hay que esterilizarlas con vapor de agua dejándolas entre 20-30 minutos sobre vapor de agua hirviendo. En el caso de las mascarillas de ropa hay que lavarlas con jabón a una temperatura superior a los 60º. Sobre todo es importante que se limpien cada 8 horas.
5. Utilizar la misma eternamente
Uno de los grandes errores que cometemos es reutilizar la mascarilla durante un tiempo excesivo. Es imprescindible conocer el tiempo máximo que podemos utilizar la mascarilla en función de su calidad. Las recomendaciones del Ministerio de Sanidad advierten que las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 no pueden superar las 4 horas y, llegar a las 8-12 horas, si su uso es a intervalos. Los expertos alarman de que el sudor es un mal aliado de la higiene de la mascarilla, puesto que hace proliferar microorganismo.
