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Los habitantes de Lisboa están movilizándose para cambiar radicalmente el panorama del turismo en la ciudad y la crisis de la vivienda gracias a la convocatoria de un referéndum que consultará a los ciudadanos si están o no de acuerdo con la cancelación de licencias de alquiler turístico y de Airbnb en la ciudad. A través del Movimento Referendo por la Habitação, se han recogido el número legal de firmas para solicitar la organización de la votación, que pronto serán entregadas oficialmente a la Asamblea Municipal. Si todo va como previsto, en unos meses los lisboetas podrán participar en el referéndum, siendo este el primer ejercicio de democracia directa por iniciativa popular en la historia de Portugal.
El aumento de los alquileres turísticos en Lisboa ha contribuido al incremento de los precios de la vivienda y ha empujado a muchos residentes locales fuera de sus barrios. De hecho, es la capital europea con más alquileres temporales por habitante; desde 2014 más de 20.000 pisos han obtenido licencia municipal de explotación turística. En algunas zonas de la ciudad, 70 de cada 100 viviendas tienen licencia de Airbnb y más de 500 edificios enteros están destinados a alojar a extranjeros.
Si se gana el referéndum, el Ayuntamiento de Lisboa tendrá que cancelar todas las licencias de las viviendas de uso turístico y los inmuebles tendrán que destinarse al uso residencial. Así, se prevé aliviar la crisis de vivienda que sufren los habitantes de la ciudad gracias a la reducción de la presión en los precios y la desgentrificación de algunos barrios.
Barcelona dice adiós a los pisos turísticos
El problema de vivienda, causado en su mayor parte por la turistificación, se aplica en numerosas grandes ciudades europeas. Barcelona es un claro ejemplo de ello: hay cerca de 10.000 pisos turísticos con licencia y más de 15.000 pisos ofrecidos en Airbnb. Mientras, los precios de los alquileres para uso residencial no hacen más que subir y las ciudadanas y ciudadanos se ven forzados a marcharse, en muchos casos.
Sin embargo, hace menos de un mes el Ayuntamiento de Barcelona anunció un plan radical para hacer frente a la crisis: extinguir las licencias de pisos turísticos de cara al 2028. Para llevar a cabo la iniciativa, el consistorio no concederá nuevas licencias y no renovará las vigentes, que tendrán una duración de cinco años.