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Durante la pandemia, la ciudad se llenó de terrazas provisionales: bares y restaurantes ampliaron su espacio exterior llenando la calzada y las aceras de mesas y sillas. En verano de 2021, el Ayuntamiento de Barcelona decidió que aquellos establecimientos que lo desearan podrían transformar sus terrazas provisionales en permanentes. Ahora, todos los bares y restaurantes que no hayan pedido consolidar las ampliaciones en la calzada o la acera, tendrán que decir adiós a su terraza.
Así lo ha explicado Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo de la ciudad. La retirada de terrazas provisionales tendrá lugar después de Sant Jordi y afectará a aquellos establecimientos que no hayan solicitado la permanencia de las nuevas terrazas o que no cumplan los requisitos necesarios para consolidar la ampliación.
De hecho, los titulares de los negocios tenían tiempo para realizar las solicitudes hasta el 31 de marzo. Ahora, el consistorio está evaluando qué terrazas se ajustan a la normativa y se pueden mantener, y cuáles no la cumplen y, por tanto, tendrán que desaparecer. Lo prioritario es retirar las polémicas terrazas delimitadas por bloques de hormigón, para regularizar el cumplimiento de la normativa antes de que acabe el año.
En agosto de 2021, la nueva ordenanza de la ciudad de Barcelona dio la opción de transformar en definitivas las terrazas instaladas de forma extraordinaria durante la pandemia en calzadas, chaflanes y puntos de aparcamiento. La medida culminó el proceso que se inició en mayo del 2020 con el objetivo de asegurar la supervivencia de bares y restaurantes afectados por la crisis de la Covid-19, y para crear un espacio público más vivo y accesible y que cumpliera las medidas sanitarias.