[title]
Sin llegar al pánico del film 'Los pájaros' de Hitchcock, las gaviotas argénteas se han convertido en habitantes habituales del paisaje barcelonés, aunque a algunas personas no les despiertan simpatía. Quizá por sus agudos chillidos, o por su voracidad carroñera. En esta última línea, y para evitar que escudriñen la basura a la caza de comida, el Ayuntamiento acaba de presentar un nuevo invento pensado para dejar a las amigas aladas sin algunas de sus comidas.
En el distrito de Ciutat Vella ha comenzado un programa piloto de papeleras adaptadas a las singularidades de un territorio vecino del mar y, por tanto, poblado de criaturas aladas marinas. Se instalarán en pruebas 15 papeleras antigaviotas. La singularidad del modelo radica en que tienen la apertura por el lateral y así impide que las gaviotas puedan vaciarlas, con la consiguiente esparcida de residuos por el suelo. El lugar donde se realizará el ensayo con el nuevo modelo es la plaza Gardunya, justo detrás del Mercado de la Boqueria, donde sólo los turistas superan en número a los 'Larus michahellis'.
La medida se incluye en un plan del ayuntamiento para renovar todas las papeleras de Ciutat Vella. Se instalarán nuevos modelos, se añadirán papeleras en 20 puntos y se retirarán los modelos de menor capacidad. También se cambiarán 221 buzones de recogida neumática de desperdicios y se instalará un modelo que evita la entrada de residuos voluminosos para evitar que se utilicen para verter bolsas de basura. Todo medidas contra el incivismo de los animales de dos patas, terrestres o voladores.