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Las ruedas del modelo turístico de Barcelona han dejado de girar: esto es una obviedad. Entre los miles de negocios damnificados por este paro, de reanudación indefinida, estaba el negocio de Ariadna Serra. "Tenía una empresa de tours educativos, y paseábamos niños estadounidenses y franceses por el típico circuito de la playa y la ciudadela. La pandemia llegó al principio de la temporada y todo se fue al traste", explica.
¿Qué podía hacer? Se dio cuenta de que entre manos tenía bicicletas y personas. "La empresa tenía un equipo muy fuerte con quien hacía diez años que trabajaba, somos amigas. Y en el mes de julio de 2020 decidimos constituirnos como cooperativa sin ánimo de lucro, con la idea de poner la bicicleta en el servicio de la ciudad". Al contrario de lo que hacían hasta ahora, apostilla.
Las Mercedes –dichas así porque su abuela, muy luchadora, se llamaba Mercedes, y Mercè también es la patrona de Barcelona y en castellano "tiene un toque cañí más divertido"– es un servicio de mensajería en bicicleta que se define como inclusivo, ético y sostenible y que solo trabaja con clientes afines a sus valores. De momento, explica, tienen "un acuerdo con tres ejes comerciales: hacemos un precio especial para las entregas en los comercios del barrio. También trabajamos con productores locales de kimchi y kombucha, para un gran despacho de arquitectos, para una productora y para la red de consumo de producto local ¡La Colmena Que Dice Sí!".
Los que trabajábamos en el turismo en Barcelona hemos visto que no era un modelo viable
Y les va bien. Pueden vivir del pedal, hasta el punto de que pronto añadirán una 'cargo bike' a la pequeña flota de bicicletas eléctricas y carros para repartir bultos grandes. Serra quiere devolver a la ciudad lo que le dio en tiempos de vacas gordas. "Ya intentábamos trabajar con los mismos valores de ahora. Pero el turismo en Barcelona ha vivido un momento crítico y los que estábamos dentro hemos visto que no era un modelo viable. La idea de comenzar con las mismas bicicletas y dar la vuelta al negocio ya es un acto reivindicativo", razona.
Dice riendo que solo se les acercan clientes que comparten su visión, y ya les va bien. Su principal ventaja, por delante de los ultra-baratos servicios de mensajería por app es, además de los valores, hacer de enlace final entre cliente y empresa. Por ejemplo, reparten la comida a domicilio del restaurante L'Hortet, y dan las instrucciones necesarias para calentar y conservar la comida en condiciones óptimas.
La pandemia ha disparado la mensajería, pero no así los derechos laborales de los mensajeros. Sierra argumenta que "los derechos laborales ya los llevábamos incorporados de entrada. Pero plataformas como Riders X Derechos han abierto un camino para salir de este modelo capitalista estrangulador".
Por cierto, ella que se pasa todo el día en bicicleta: ¿Barcelona es lo bastante 'bike-friendly'? Opina que "queda mucho camino por hacer, pero está cambiando mucho. Todos los cambios tienen críticas graves. Pero si queremos una ciudad más habitable y moderna, la bicicleta debe tomar mucho más protagonismo. En Ámsterdam los camiones no entran. Cogen las 'cargo bikes 'y van a la periferia a cargar y hacen la distribución en el centro. Barcelona debe ir hacia aquí. El carril bici de Aragón es un lujo maravilloso". Pensad en ello, sobre todo cuando estéis en la calle Valencia, en un embotellamiento, y veáis pasar las bicicletas, raudas, por el hiperespacio de colores y panes de plástico.