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Ha sido uno de los seriales más seguidos del verano en Barcelona, una historia que llega a su conclusión y, por suerte, es un final feliz. Finalmente han eclosionado los huevos que una hembra de tortuga boba o careta (Caretta caretta) puso en la playa de la Mar Bella de Barcelona los días 15 y 16 de julio.
El caso tuvo mucho impacto en los medios porque era la primera vez que esta especie en peligro de extinción elegía las playas de la ciudad para guardar sus huevos. El animal depositó 77 huevos de los cuales 17 fueron trasladados por la Fundación CRAM a otras instalaciones para asegurar su supervivencia.
Vigilados las 24 horas por un grupo de voluntarios, de los 60 huevos que quedaron en la playa han nacido 56 crías de forma natural, lo que se considera un éxito según los expertos. Las altas temperaturas han acelerado el proceso, que ha culminado el fin de semana con el nacimiento de las últimas 10 crías que han emprendido el camino del mar.
Al abrirse el nido, se han descubierto cinco huevos más, cuatro que no eran viables y una última tortuga viva a 20 centímetros de profundidad que se ha llevado la fundación CRAM a sus instalaciones. Del total de 56 tortuguitas, 42 han ido al mar y 14 más se encuentran en el CRAM y el Zoo de Barcelona para su cría en cautividad.
El éxito de toda operación abre la puerta al regreso de los ejemplares una vez sean adultos para hacer de Barcelona un lugar habitual de puesta de huevos de tortuga. Para saber esto, pero, aún tendremos que esperar unos cuantos años más.
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