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Si tuviéramos que listar todas las joyas arquitectónicas y edificios y lugares emblemáticos de Barcelona, no terminaríamos nunca. Pero la plaza Reial es una de las primeras que nos vienen a la cabeza. Las coloridas fachadas de los edificios que forman la plaza la han convertido en uno de los espacios más visitados de la ciudad. Ahora, más de 40 años después de su última reforma, las fachadas de la plaza se someterán a un lavado de cara para "recuperar el brillo".
La arquitecta jefa del Ayuntamiento, Maria Buhigas, ha explicado en rueda de prensa que la plaza no estrenará una nueva imagen, sino que "el objetivo es restituir su aspecto original de 1848". Aunque todavía no hay una fecha oficial de inicio de los trabajos, Buhigas ha asegurado que en 2025 se abrirá el concurso, la licitación y la adjudicación de las obras para que se puedan empezar en el segundo período del mismo año y terminen en 2026. Si los plazos se cumplen, los trabajos de rehabilitación de la plaza coincidirán también con la reforma de la Rambla.
El proyecto planteado por el Ayuntamiento se centra en la rehabilitación de todas las fachadas, que tienen el grado B de protección de interés local. Según la propuesta del consistorio, la reforma se centrará tanto en las fachadas de las viviendas como en las de los comercios que se encuentran debajo de los porches. Buhigas ha asegurado que en la plaza "ya le toca la intervención", porque algunos edificios ya tienen redes de seguridad para posibles desprendimientos.
Una reforma pagada entre el Ayuntamiento, vecindario y comerciantes
Según el consistorio, la reforma tendrá un coste de unos 3,2 millones de euros que se abonarán entre varias partes. El Ayuntamiento prevé aportar una subvención del 45% del total de costes, además de encargarse de todos los permisos y licencias pertinentes. El resto del presupuesto lo tendrá que abonar el vecindario, los comerciantes y los restauradores de la plaza, aunque todavía no existe una cifra oficial.
Pese a que el proyecto ya está en marcha, no podrá salir adelante sin que el Ayuntamiento logre ponerse de acuerdo con el más de un centenar de propietarios de las viviendas y comercios del espacio. Una gestión que, según el consistorio, ya ha empezado.