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Por increíble que parezca, es más fácil grabar un disco y dar conciertos en directo por teléfono con un preso estadounidense en el corredor de la muerte que con Pablo Hasél en la cárcel de Lleida. Esto es lo que denuncia Albert Marquès, premio Time Out Cultura 2023 por 'Freedom first', el disco y la gira hechos en colaboración con el poeta Keith Lamar, condenado a muerte por un crimen del que se declara inocente y que gracias a la música ha logrado retrasar tres años su ejecución, lo que da fuerza al equipo de abogados y activistas que luchan por su liberación.
Fue a raíz de este proyecto que No Callarem se puso en contacto con el pianista catalán, residente en Brooklyn, que a su vez quiso visitar a Hasél en la cárcel para ver si podían colaborar en una canción. El problema era que, al contrario que Lamar, Hasél no puede grabar nada, porque sería sancionado. La solución, a propuesta del leridano, fue utilizar los audios de las declaraciones que hizo en los juicios en la Audiencia Nacional para crear una nueva composición.
'Open letter to Pablo Hasél', que estrena Say It Loud Records el 12 de febrero y cuyo vídeo se proyectará en el Iridia Fest el 16 del mismo mes, combina el piano jazz de Albert Marquès con las rimas de Samuel Omare. "Como rapero y productor, la condena de Pablo va en contra de lo que va esta música. De lo que es ser un artista: ser libre para decir tu verdad y contar tu historia, incluso cuando a los demás les cuesta escuchar-la o entenderla", dice el rapero de Brooklyn.
Puedo hacer un disco y conciertos en directo por vía telefónica con un afroamericano en el corredor de la muerte de EE.UU., pero no con un catalán en una cárcel de Catalunya
"En EEUU, donde resido, es impensable encarcelar a artistas por sus letras o tweets. Los delitos de enaltecimiento del terrorismo o de injurias en la Corona y en instituciones estatales no existen. De hecho, muchos grupos de rap como Public Enemy tienen múltiples canciones mucho más duras que lo que ha dicho Hasél contra la policía o sus líderes políticos y nadie imaginaría nunca llevarlos a juicio por el contenido de sus letras", explica Marquès.
Según Freemuse (ONG independiente con estatus consultivo en la ONU y la UNESCO), en 2019 España fue el país del mundo que condenó a más artistas, todos ellos raperos, a prisión (más que por ejemplo China, Irán o Rusia, que también contemplan el delito de enaltecimiento del terrorismo). De todas formas, Marquès recuerda que Hasél se encuentra ahora mismo bajo régimen penitenciario de la Generalitat de Catalunya.
Prohibido utilizar el estudio de grabación
"Todas las decisiones que se toman en torno a las condiciones de vida de los presos catalanes –incluido Pablo– son competencia de la Generalitat. Los mismos partidos que pedían la liberación de sus presos políticos o han negociado una amnistía... Los mismos que hacían pancartas por la libertad de expresión son lo que no dejan que Pablo Hasél grabe en el estudio de grabación que tiene su cárcel en Lleida", denuncia el pianista. Hasél, que está en prisión por sus tuits y sus canciones, no puede utilizarlo, pero, en cambio, otros presos que han cometido crímenes graves sí pueden utilizarlo.
"Puedo hacer un disco y conciertos en directo por vía telefónica con un afroamericano en el corredor de la muerte de EEUU, pero no con un catalán en una cárcel de Cataluña", remarca el pianista, que se suma a otras voces que se han levantado contra esta injusticia, como varios colectivos de derechos humanos y artistas como Joan Manuel Serrat, Javier Bardem, C. Tangana y Pedro Almodóvar. Según Amnistía Internacional, “el encarcelamiento de Hasél es una restricción excesiva y desproporcionada a su libertad de expresión. Nadie debería enfrentarse a un procesamiento penal solo por expresarse en las redes sociales o cantar”.
'Open letter to Pablo Hasél' se ha podido financiar gracias a No Callarem y tiene el apoyo de la Plataforma Antrirrepressiva de Ponent e Irídia - Centro para la Defensa de los Derechos Humanos.