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Las obras de la 'superilla' del Eixample que empezaron este verano dejaron al descubierto un pedazo de la historia de Barcelona: los adoquines de las antiguas calles de la ciudad y las vías del tranvía, que nos recuerdan una época donde este método de transporte era el más popular entre los barceloneses y barcelonesas.
Ahora, tal y como ha anunciado Janet Sanz, Teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, los hallazgos serán reutilizados y tendrán una nueva vida en la supermanzana del Eixample. En concreto, se mantendrán 6.000 metros cuadrados de los antiguos adoquines que, antes, pasarán por un taller para que sean alisados y no provoquen resbalones.
Así pues, después de realizar pruebas para garantizar que no se entorpecía la accesibilidad, los antiguos adoquines del Eixample se incorporarán en algunos tramos de la calle Girona, entre Gran Via y Diputació, entre Valencia y Mallorca y en la nueva plazoleta de la calle Enric Granados. Por otro lado, 45 metros de las antiguas vías del tranvía también se conservarán y serán visibles, concretamente en la calle Girona entre Diputació y la Gran Via.
En su cuenta de Twitter, Sanz anunciaba que uno de los motivos de la recuperación de los antiguos adoquines es el de “conservar la memoria de la red tranviaria que hizo mover a la Barcelona de principios de s. XX”. Mantener sus vestigios en la nueva supermanzana, explica, es una manera de reivindicar Barcelona como ciudad en constante transformación.
Más allá de recuperar el pavimento antiguo, la nueva 'superilla' del Eixample tendrá un nuevo 'panot'. El Ayuntamiento anunció, en el mes de abril, que buscaba “el panot del siglo XXI", una baldosa que mantuviera el clásico dibujo barcelonés, pero que utilizara materiales más sostenibles. El concurso se resolvió en verano escogiendo tres propuestas, que son las que se probarán sobre el terreno.