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Cada día, a primera hora de la mañana y a primera hora de la tarde, en la lonja de Barcelona se celebran dos subastas de pescado donde los compradores luchan por conseguir lo mejor y al mejor precio. Hasta ahora, estas subastas estaban restringidas al público y solo podían acceder los profesionales del gremio, una norma que ahora desaparecerá. Después de diez años de trabajos, con la inauguración del nuevo muelle de Pescadors no solo se estrenan instalaciones, sino que se acerca el trabajo de la Cofradía de Pescadores de Barcelona y la cultura marinera en general a los barceloneses y barcelonesas. Además de ver el trabajo de los pescadores en el puerto desde una pasarela, el público podrá seguir en directo las subastas de pescado. Eso sí, para hacerlo, tendréis que madrugar porque la subasta de pescado azul se celebra cada día laborable a las 8 h.
“Queremos que la nueva lonja acerque aún más la cultura marinera a la ciudadanía y que consolide el Puerto Viejo como un gran polo de atracción de la vida social de la ciudad gracias a una oferta gastronómica de referencia”, aseguró el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, durante la presentación de la lonja de los pescadores del 2024. Para poder abrir la subasta a la ciudadanía y mejorar las instalaciones, se ha construido un nuevo edificio que sustituye la antigua lonja y que, además del espacio para seguir en directo la subasta, también incluye un restaurante de cocina mediterránea vinculado al mar. El edificio tiene 3.233 m² con una rampa de 140 metros para poder acceder a los espacios públicos del primer piso, donde también hay una terraza desde la cual todo el mundo podrá ver el atraque de los barcos de los pescadores y el Puerto Viejo en general.
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Una vez finalizado el equipamiento y hecho el traslado de la Cofradía de los Pescadores, se derribó la antigua lonja, una acción que ha permitido la creación de un acceso a la Torre del Reloj. No se trata de cualquier construcción, sino que es el faro más antiguo de la ciudad, construido en el año 1772, catalogado como bien cultural de interés local y que se ha convertido en uno de los elementos más emblemáticos del muelle de Pescadors. Aunque de momento no se puede acceder al interior del faro, ya que no está habilitado para recibir visitas, sí que se podrá observar desde muy cerca, algo que antes era imposible porque estaba aislado.
El puerto, sin embargo, no solo tiene este muelle, sino que tiene otro más: el muelle de España, dos zonas que el año que viene quedarán conectadas con un transbordador. A pesar de que solo los separan 80 metros, la conexión a pie entre uno y otro es bastante complicada, un trayecto que se hará en pocos minutos cuando entre en funcionamiento la nueva embarcación eléctrica, de la cual aún no hay detalles, ya que aún debe salir a concurso.
Un proyecto con una gran comunidad de energía renovable
Desde que comenzaron los trabajos de transformación del muelle de Pescadors, uno de los objetivos era construir una gran comunidad energética que aprovechara las cubiertas ya existentes para instalar placas solares conectadas a las diferentes instalaciones del espacio. Según adelantó el Puerto de Barcelona, este proyecto permitirá alimentar con energía renovable los compresores que producen el frío industrial de la fábrica de hielo. Si os preguntáis dónde se ubican exactamente las placas, hay tres zonas diferentes: una, en la cubierta de la lonja; otra, en la de la pérgola del patio de redes; y la tercera, en las casetas que rodean este patio.
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