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Hace cuatro días veíamos un 'escape room' con restaurante incorporado. Ahora es justo al revés: la pastelería Kessler Galimany, uno de los establecimientos de pastelería con más tradición popular de Barcelona –¡menudos chuchos y croissants de chocolate!– ha abierto un 'escape room'. "Las tendencias avanzan y hay que buscarse la vida", explica Carles Galimany, maestro pastelero y continuador de la saga. De hecho, ya hace más de un año que ha abierto y está teniendo una muy buena aceptación. "Con la familia nos enganchamos a participar en todo tipo de 'escape rooms', y poco tiempo después pensamos:'¿y por qué no montamos una nosotros mismos? '", explica.
El espacio ya lo tenían. Habilitaron el almacén-obrador justo delante de la pastelería de Hostafrancs –que dispone de varias habitaciones– como 'escape room '. Galimany es reacio a revelar demasiados detalles de la aventura, pero sí que especifica que "el misterio pasa dentro de un obrador de pastelería y está teniendo una gran aceptación de público. Arranca con la muerte de mi abuelo y a raíz de este suceso se formula una historia que plantea un enigma". Su resolución se convierte en un juego basado en la historia familiar de esta pastelería abierta en 1950.
El punto fuerte es "una habitación con obrador donde se han de resolver el enigma principal, así como realizar algunas tareas de pastelería", dice. Se hornean y prueban pasteles de verdad? "¡No! Pero sí usas una masa con una maquinaria de pastelero".
Toda la peripecia comienza en la cafetería, donde se presenta Galimany vestido de pastelero. Esta "es un 'escape room' atípico porqué comienza en una cafetería", dice. También lo es porque si resolvéis el enigma sin pedir comodines, ¡os invitan a desayunar o a merendar! Y de hecho, existe la posibilidad de combinar el juego con una comida de catering a medida. Aquí tenéis un 'teaser' del juego.
La duración es de 75 minutos, bastante más que la hora habitual de los 'escape rooms'. Es, claro, un entretenimiento de carácter totalmente familiar, sin escenas ni detalles truculentos. Pueden participar niños a partir de 10 años y hay tres niveles. El precio es de 50 euros para grupos de dos a tres personas, y de 80 € para grupos de 4 a 6 participantes.
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