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¿Cuántas personas conoces que han decidido decorar su piel con tinta? En Europa, se calcula que un 12% de la población lleva al menos un tatuaje. Pero estamos lejos de que los tatuajes sean considerados universalmente como un arte. Ahora, el CaixaForum de Barcelona acoge 'Tattoo. Arte bajo la piel' una exposición que muestra el tatuaje como una forma de expresión artística presente en todo el mundo.
Producida por el Musée du Quai Branly – Jaques Chirac de París y la Fundación 'la Caixa', la muestra permite conocer la historia de esta disciplina, que tiene más de 5.000 años de antigüedad, a través de fotografías, dibujos, pinturas, máscaras y sellos.
En total son más de 240 piezas que conforman la exposición, entre las que destacan objetos como una pluma eléctrica presentada por el inventor Thomas Edison en 1877, que fue el antecedente de la máquina de tatuar, o herramientas y útiles para tatuar del siglo XIX provenientes de Indonesia, Birmania, Túnez, Argentina o Australia.
Además, también están expuestos una veintena de prototipos hiperrealistas moldeados con silicona y tatuados con tinta encargados a tatuadores reconocidos como Horiyoshi III, Filipo Leu, Mark Kopua, Kari Barba, Colin Dale, Jee Sayalero o Laura Juan.
Así, la muestra, comisariada por Anne Ricard, fundadora de la revista HEY! Modern Art & Pop Culture' quiere ser también un homenaje a los tatuadores, como artistas que han hecho evolucionar el arte del tatuaje, pero que todavía no han recibido el reconocimiento que les corresponde desde los museos.
La exposición recorre la historia del tatuaje con un enfoque antropológico, explicando los orígenes de esta práctica y sus usos que pueden variar de la represión hasta su reivindicación. Estructurado en cinco ámbitos, el itinerario parte del vínculo entre el tatuaje y la marginalidad y pasa a mostrar esta técnica como un arte en movimiento, detallando cómo se expandió por Japón, Norteamérica y Europa.
La historia del tatuaje continúa con el renacimiento del tatuaje tradicional en Nueva Zelanda, Samoa, Polinesia, Indonesia, Malasia Oriental, Filipinas y Tailandia y, a partir de 1970, surgen nuevas escuelas que hacen que se expanda en China y Taiwán y también Latinoamérica, con el tatuaje chicano.
La muestra termina con una reflexión sobre el tatuaje desde el presente. Este arte, siempre caracterizado por una voluntad de renovarse y evolucionar, se encuentra en un cruce interesante: los de los artistas que se dedican a reinterpretar géneros históricos del tatuaje y los que exploran las posibilidades de las artes gráficas, más allá de los códigos clásicos.