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La continuidad de la histórica librería Sant Jordi pende de un hilo desde que el librero Josep Morales falleció el pasado diciembre. La intención de Morales era trasladar el comercio: la librería estaba amenazada por el paso de la renta antigua a la moderna –según BTV, de 800 a 8.000 euros mensuales– y la intención era mudarse a la calle d’en Robador, 43. Pero el cambio nunca llegó a hacerse. Y este mes de febrero vence el contrato de alquiler, la guillotina del cierre definitivo.
El Ayuntamiento de Barcelona no puede hacerse cargo de la librería, pero intercedió con la propiedad y el Gremi de Llibreters para intentar rebajar el alquiler y encontrar un librero que quisiera asumir el negocio. Sin embargo, hasta ahora, nadie ha dado un paso adelante.
Así pues, a la librería le quedan seis días de vida y ha decidido asumir esta realidad organizando su propio Sant Jordi: ha puesto a la venta todos sus libros a mitad de precio. Y eso incluye un impresionante catálogo de libros de arte, fotografía, ilustración, diseño, arquitectura y filosofía. En Navidad ya sacaron lotes de tres libros a precios interesantes como regalo, y parece que esta será la acción de despedida definitiva.

El cierre de la Llibreria Sant Jordi también será una pérdida para los amantes del buen gusto: además de cursos y diversas actividades, se distingue por un mobiliario interior de finales del siglo XIX, repleto de libros, que le confiere un aire de escenario de novela de Dumas. Por no hablar del maravilloso escaparate de vidrio y madera montado sobre un zócalo de mármol rosa. Esto último se mantendrá gracias al grado de protección E2 que posee, pero nadie puede asegurar que en un futuro próximo no acabe albergando carcasas de móvil o derivados del cannabis.
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