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Barcelona está llena de establecimientos emblemáticos con más de un siglo de historia y, aunque en los últimos años nos hemos tenido que despedir de algunos, otros siguen celebrando años. La Italiana Rivali es uno de ellos y celebra 120 años en la ciudad, más de un siglo en el que diferentes generaciones han preparado, y todavía lo hacen, cada mañana sus famosas pastas con rellenos, salsas y otros platos preparados que han cautivado a cientos de personas a lo largo de los años. Para celebrar el aniversario, la tienda –en la calle Bonsuccés, 12– organizará actividades relacionadas con sus productos más emblemáticos en los que podrá participar todo el mundo.
Según lo que ha avanzado el equipo del establecimiento, todo estará pensado para disfrutar con la familia, los clientes y los amigos, "que a veces está todo un poco mezclado", explica Carla Rivali, que forma parte de la cuarta generación al frente del negocio, junto a Gerard Vilà. El programa de actividades incluye cinco iniciativas repartidas en cinco meses que incluyen: una cata de un “panettone muy especial” de 10 kilos en noviembre; una cata de mortadela en diciembre; "una gran sorpresa relacionada con un ingrediente clásico de Navidad catalán" en enero, y un antipasti popular y una cata de vinagre de Módena durante los meses siguientes. “Queremos disfrutar juntos, también con mis padres y las diferentes generaciones de familias que llevan muchos años –¡algunas un siglo!– confiando en nosotros”, concluye Carla.
Un negocio pionero y de referencia
Inaugurada en 1904, La Italiana Rivali fue la primera tienda y obrador de pasta fresca de Barcelona, y hace unos años fue catalogada como establecimiento histórico y con valor patrimonial y entró en la Ruta de los Comercios Emblemáticos de Barcelona. Attilio Rivali fue el fundador del establecimiento, quien se mudó a la capital catalana con su familia desde Génova para trasladar su negocio de exportación e importación de productos italianos por Latinoamérica. Cuando llegaron a la ciudad, los Rivali fundaron la fábrica de pasta fresca artesana, donde “solo hacían pasta larga de huevo y espinacas, raviolis rellenos de carne, y unas espinacas con parmesano”, explica Carla. Con el paso de los años, la familia compró maquinaria que les permitía elaborar una gran variedad de productos, como la pasta con verduras, que fue uno de los platos más solicitados a partir de los años 70. “Hoy en día, el 80 % de la pasta que vendemos es vegetariana”, asegura Carla.
Dentro de la oferta gastronómica de La Italiana Rivali, una de las propuestas con mayor salida también es el antipasti al peso, que se puede personalizar e incluye tomates semisecos marinados y una gran variedad de aceitunas, entre otras opciones. Los platos para llevar también son un punto fuerte del establecimiento: ensaladas de todo tipo, estofados de temporada y bacalao guisado son algunos de los más emblemáticos que alimentan a una parte del barrio. Eso sí, si hablamos de una tienda de productos artesanos italianos en serio, los dulces no podían faltar. Aunque siempre tienen algunos –como el amaretto y el crostatine–, si pasáis por delante del local durante la época de Navidad, os sorprenderéis con la variedad de panettones que ofrecen.