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Durante dos años, la catedral de Barcelona ha estado cubierta por lonas debido a las obras de mejor que estaban haciendo. Quizás algunos recordáis el anuncio de Samsung que cubría toda la fachada del monumento y que fue retirado por la polémica que generó. Sea como sea, ahora la catedral estrena cara nueva; y no desde delante, ya que la restauración ha sido en el interior y en las azoteas.
En cuanto a la cubierta, la catedral de Santa Cruz y Santa Eulalia la ha convertido en un nuevo mirador que ofrece una visión panorámica de Barcelona. Las obras han afectado a 2.000 m² de ladrillo y han incluido la impermeabilización y saneamiento para evitar afectaciones en el techo del claustro y la iglesia. Aparte, también se ha recuperado el pavimento original y se ha mejorado el acceso con nuevas escaleras y barandillas. La visita al mirador está incluida en la entrada general, que hasta ahora solo permitía acceder a la parte central de la azotea, que no tenía vistas de 360 grados.
Respecto a las reformas en el interior del monumento, se han rehabilitado doce vidrieras del deambulatorio (la parte posterior al altar) que datan de los siglos XIV y XV. El tiempo y la polución las habían estropeado, por eso la operación ha sido integral: las han desmontado, reparado, repuesto y reforzado. En total, se ha actuado sobre 230 m² de vidrieras, que ahora lucen con el color y aspecto original.
La visita a la catedral, que incluye la entrada al Coro, acceso a la azotea, a la sala Capitular, al Museo Diocesano de Barcelona y una audioguía virtual, se puede comprar a través de su web por un precio de 14 euros (seis euros para los menores de doce años y gratuito para menores de tres).
Nuevo archivo digital
Paralelamente a estas intervenciones, la catedral de Barcelona ha puesto en marcha un archivo digital que permite el libre acceso a un total de 933 documentos antiguos del Archivo Capitular, el archivo eclesiástico encargado de la conservación y divulgación de los documentos generados por la catedral de Barcelona y todas las administraciones que se derivan.
El organismo trabaja de forma continuada desde el siglo IX y es uno de los más ricos en documentación medieval de toda Europa. Dentro, se conservan más de 40.000 pergaminos, 257 códices y más de 12.000 volúmenes y legajos.