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Todos lo hemos hecho y nadie se libra de haber tirado a la basura comida que se podía haber aprovechado. No nos libra del pecado ni santiguarse justo antes de abrir el cubo, ni decir en voz alta: '¡Que lástima!'. Lo que si nos libra de todo pecado es descargarnos la primera app española para reducir el desperdicio de comida que nos sobre con nuestros vecinos o entidades.
Su funcionamiento es bien simple, se trata de registrarse en la web o a la app, introducir tu código postal, ofrecer aquella comida en buen estado (descripción, foto y peso) que haya quedado en tu nevera, esperar a que alguien interesado te mande un mensaje y ¡chas!. Aquellos yogures de kiwi que compraste pensando que te gustarían y al final fueron el peor postre de tu vida ya han encontrado otra nevera y, con ella, una amante de los yogures de kiwi. ¡Viva! Podemos ofrecer o pedir, a la vez conocer a vecinos por sus gustos culinarios, intercambiar recetas para aprovechar comida y, sobretodo, darles una oportunidad culinaria a alimentos que llevaban tanto tiempo en tu nevera que casi les podrías pedir parte del alquiler.
Los impulsores, la ONG Prosalus, advierten en su web que no se admiten alimentos caducados ni sacar un beneficio económico, ya que se trata de crear una red ciudadana comprometida con el objetivo de reducir el desperdicio de comida. ¿De hecho, no ganamos todos si dejamos de engordar la terrible cifra de 1,2 millones de toneladas de comida al año que tiramos a la basura en las casas de España?