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Recibimos una nota de prensa curiosa, sobre una app creada en Marbella. En el titular pone 'Kiki, la primera app de citas que paga al usuario por divertirse'. Obviamente, seguimos leyendo. 'Kiki es la única app que conecta a usuarios que buscan compañía con otros que están dispuestos a ofrecer su tiempo a cambio de remuneración económica'. Ojipláticos, continuamos con la lectura para confirmar si esto es lo que parece ser. Y sí, lo es.
Kiki funciona de una forma muy parecida a la de Tinder (uno se registra y crea un perfil con su foto y algunos datos como el nombre, la edad y los intereses) solo que –pequeña diferencia– el momento del 'match' no funciona por interés mutuo, sino económico: hay uno que paga por tener una cita y otro que cobra por acudir a ella. Y la app, recordamos, se llama Kiki. Seguimos.
Kiki propone cinco citas preestablecidas con sus correspondientes tarifas: tomar un café (5 euros), ir al cine (10 euros), tomar una copa (15 euros), compartir una cena (20 euros) e incluso irse de viaje (100 euros).
Se paga a través de la app (que asegura garantizar al 100% que la cita se va a llevar a cabo), quien ofrece su tiempo y compañía se queda con el 70% del importe que ha pagado su acompañante y el 30% restante es para Kiki, por la gestión. Ahá.
Algunos pasajes de la nota de prensa parecen sacados de una entidad caritativa. Como éste: «Esta aplicación pretende ayudar a socializar a personas que, por ejemplo, llegan nuevas a una ciudad y no conocen a mucha gente o personas con trabajos con horarios incompatibles a los de sus amigos». En un vídeo de animación que acompaña la nota, se nos presentan algunos de los perfiles que podrían estar interesados en utilizar Kiki, como por ejemplo –atención– vegetarianos con amigos carnívoros y solteros rodeados de amigos que cambiaron la disco por el biberón.
Por último, pero no menos inquietante, esta sentencia, también de su nota de prensa: "en otras aplicaciones, las mujeres reciben notificaciones durante todo el día, mientras que los usuarios masculinos no alcanzan su objetivo y pierden su dinero con suscripciones que no son útiles, sin embargo Kiki apuesta por otro modelo de negocio en el que no existen suscripciones y el usuario solo paga por la cita con el plan que ha elegido".
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