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Hace 100 años que detuvieron a Antoni Gaudí por hablar catalán en Barcelona

El arquitecto fue arrestado cuando iba a misa el 11 de septiembre, por la Diada de Cataluña de 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera

Laia Jordà Sánchez
Redactora
Antoni Gaudí
Foto: Casa Vicens
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No es ningún secreto que durante la dictadura franquista se intentó erradicar el catalán y se castigaba a quienes lo intentaban hablar libremente. Pero Franco no fue el único dictador español que intentó aniquilar el catalán, sino que unos años antes, Primo de Rivera también lo hizo. El régimen dictatorial publicó el 'Real Decreto, dictando medidas y sanciones contra el separatismo en 1923', un escrito que prohibía el uso de la bandera y la lengua catalana en el ámbito público. A partir de ese momento, el catalán fue perseguido legalmente, una ley que afectó a todo el mundo, incluso a algunas de las personalidades más relevantes de la historia, como fue el caso de Antoni Gaudí.

El arquitecto fue detenido por las fuerzas de seguridad del Estado por hablar catalán cuando iba de camino a misa el 11 de septiembre de 1924. A pesar de que todos los actos de celebración de la Diada quedaron prohibidos, se mantuvo la misa en recuerdo a los muertos de 1714 en la iglesia de Sant Just i Pastor, que se convirtió en un símbolo de la resistencia catalana a raíz de la Guerra de los Segadores. De camino, un policía preguntó al señor Valls, el acompañante de Gaudí, hacia dónde iba: "voy a misa" contestó en catalán. Después de una breve conversación donde el policía le prohibía pasar mientras Valls intentaba entrar en la iglesia, Gaudí intervino y otro policía le cogió del brazo para arrestarle.

Cogidos por los brazos, tanto Gaudí como Valls fueron detenidos y llevados a la delegación de Policía de la plaza del Regomir, donde los agentes acusaron al arquitecto de haberles insultado. Ante las falsas acusaciones, Gaudí alegó enojado de que él no había hecho aquello varias veces, pero finalmente tuvo que callar y sentarse ante las amenazas de los oficiales. Durante la indagatoria y después de que Gaudí explicase que era arquitecto, el policía aseguró que "su profesión le obliga a hablar castellano", una falacia a la que Gaudí respondió que "la profesión de arquitecto me obliga a pagar contribución y ya la pago, pero no a dejar de hablar mi idioma".

Tras una tensa conversación donde los policías atacaban a los dos acusados ​​por hablar catalán y aseguraban que "romperían la cara a Gaudí si no fuera tan viejo" (en ese momento tenía 71 años), los enviaron a la Delegación de la Lonja, donde dejaron marcharse a Valls, pero no a Gaudí, a quien cachearon y encerraron en el calabozo de verjas de hierro. "Mis armas son estas: el santo Cristo, los rosarios y el libro. Permítanme que haga mis oraciones y luego estaré por ustedes", dijo Gaudí a los policías mientras estaba encerrado. Poco más tarde, uno de los oficiales comunicó al arquitecto que si pagaba una multa de 50 pesetas podría salir, pero como no llevaba monedas encima, escribió al Rector de la Merced -amigo suyo- para pedirle 75 pesetas: 50 para pagar su multa y las otras 25 para pagar la del preso que estaba con él.

¿Cómo se sabe tanto sobre estos hechos?

Durante muchos años, nadie se hizo eco de la detención del famoso arquitecto, pero unos años más tarde, la revista Serra d'or publicó la crónica de la detención de Antoni Gaudí en su número de septiembre de 1987. Actualmente, Plataforma por la Lengua, la organización de lucha para promover el uso de la lengua catalana, ha publicado varias veces el texto transcrito de la conversación de Gaudí con los policías como ejemplo de caso grave de discriminación lingüística en las administraciones públicas del Estado español.

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