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Un fantasma recorre la escena del heavy metal y es un fantasma vivo y sin arrugas: la banda sueca Ghost se ha consolidado como el grupo –joven– líder del 'mainstream' del metal internacional: su disco 'Impera' (2022) fue número uno en EE.UU., Suecia (¡Incluso en España!). La banda liderada por el vocalista Tobias Forge –que en el escenario encarna una dinastía de antipapas satánicos– llevará al Primavera Sound el jueves 1 de junio su muy teatral espectáculo, con un EP de versiones nuevo, 'Phantomime', donde exprimen todo el zumo melódico a versiones de Iron Maiden pero también de Tina Turner, Genesis, Stranglers y Television. Hablamos con Tobias Forge, el antipapa en persona. Ghost ya triunfó por todo lo alto la primavera pasada en l'Olímpic de Badalona.
Es vuestro tercer EP de versiones, y hasta habéis hecho de Depeche Mode, Pet Shop Boys o Eurythmics. ¿Por qué esa fijación a tocar palos fuera del metal?
De joven, todas las canciones que escribía, incluso las de metal brutal, estaban basadas en los ratos que pasaba escuchando pop en la radio. La primera versión que hicimos con Ghost fue 'Here comes the sun' de los Beatles, en 2010, ¡porque solo teníamos 35 minutos de repertorio propio! Como dice el refrán sueco, mojamos los dientes en sangre, y nos gustó: hacer versiones te permite entender la música, alargar el repertorio y dirigir a tu público más joven hacia la música que amas.
Tocáis en el Primavera Sound, un festival muy diverso, muy diferente a los de heavy metal.
Sí, y nos encanta. Siempre hemos tenido el lujo de tocar en muy diversos festivales. Cuando éramos una banda pequeña, había una norma no escrita que nos permitía tocar en un festival 'mainstream' y en otro heavy, y no había ningún problema, porque no había competencia entre ellos. Hemos cultivado un crecimiento entre gente que acude a festivales generalistas y fans del rock duro, gente a la que le puede gustar una banda como The 1975 y también nuestra música. Desde el principio no nos relegamos a la casilla del metal.
El estado del bienestar es en parte responsable de la fuerza de la música sueca
Los músicos de metal sueco, siempre con un pie en la brutalidad y el otro en la melodía. ¿Es por algo del agua o la comida?
¡Buena pregunta! Tenemos un folk melódico y melancólico. Abba echó la puerta al suelo con una cucharada de pop estilo Beach Boys y otra de folk sueco. Abba es nuestra música folk, en realidad. Algo más tarde, gente como Europe o Roxette hizo que las bandas viéramos –incluso las que veníamos del metal extremo– que teníamos la posibilidad de triunfar. Que si querías formar una banda, podías. Parte de la culpa la tiene el estado de bienestar sueco: si de joven querías formar una banda, te pagaban las clases y el local de ensayo, sobre todo si eras de clase obrera. Si eras mal músico, ¡no podías culpar al sistema! Se logró un empuje global, llámalo efecto bola de nieve, llámalo sincronicidad, que ha convertido la música sueca en una exportación internacional de primer nivel.
Tu personaje ha evolucionado, también tus letras. En 2010 hablabas de sacrificios humanos a Satán, en 'Impera' (2022) te refieres al ascenso del fascismo o reivindicas el feminismo en la figura de Hipatia de Alejandría.
Escribí las letras del primer disco encerrado en mí mismo, no tenía ni idea de que le podría interesar a un grupo amplio de gente. Y cuando estaba a punto de salir el disco, entendí que debería haber puesto algo más de claridad en las letras, que debía llevarlas un terreno que no fuera el de la ficción. Me gusta utilizar la retórica del metal de vieja escuela, esas imágenes luciferinas para ilustrar algo que el 95% de veces no es el tema de la canción. Las imágenes están ahí para que la canción sea atractiva para alguien como yo. Comparo una fuerza violenta de hoy en día como el fascismo con el Demonio, aunque filosóficamente son polos opuestos.
Te pregunto por eso después. 'Impera' es vuestro disco más radiofónico, más comercial. Estribillos gigantescos y melódicos, una gran producción y guitarras limpias. A ratos parece Boston, el dorado rock FM y AOR americano de finales de los años setenta.
Soy un gran fan de la música lo-fi y el rock sucio –me encanta Sonic Youth– pero amo la música pop, el rock FM y el AOR. Y Boston es la expresión quintaesencial de este estilo. ¡'Don't Look Back'! ¡Qué grandes canciones! ¡Qué bien tocado! Son una influencia esencial en Ghost, incluso en los inicios de la banda, cuando el músculo de la producción no estaba demasiado entrenado. Desde un principio quería combinar metal atonal con AOR. No puedo cantar como GG Allin, ese rollo punk destartalado, pero sí que podría tocar la guitarra y hacer coros en una banda como Boston.
Vuestra dualidad es muy interesante. ¡En ningún show como el vuestro he visto una mezcla de viejos metaleros y adolescentes y niños! Y los jóvenes eran fans, no acompañaban a los adultos.
Es muy natural y hermoso que tengamos la capacidad de mezclar estas edades. Al principio, tocábamos delante de 500 personas y me angustiaba la mezcla de público indie y metaleros de toda la vida. Ya sabes, ese tipo de elitismo de cuando eres el único niño heavy en la escuela: "No puedes llevar la camiseta de esta banda si no la conoces tan bien como yo". Pero nunca hubo ningún problema. ¡Y ahora veo que tener una audiencia tan diversa es precioso! Piensa en KISS: primero eran una banda para adolescentes y después se convirtieron en una banda para niños de doce años. ¡Y en los ochenta se quitaron el maquillaje para atraer las tías!
Quizás el hecho transgeneracional radica en tener un show de rock teatral, espectacular y humorístico como pocos hay.
Hay un aspecto que nunca pasará de moda en el entretenimiento. Tenemos un show muy calculado y perfeccionista, quiero que todo salga perfecto, pero he descubierto que a veces lo que hace que un show sea bueno es que la cagues un poco, ja, ja, ja. Y eso, ya sabes, es muy entretenido. Por experiencia he descubierto que equivocarte puede hacer que un espectáculo sea aún mejor.
Volvamos al demonio. Tu entrada de la Wikipedia dice que, de adolescente, "te arrojaste de lleno en los brazos de Satanás". ¿Qué significa esto?
No vengo de un hogar cristiano, pero sí había elementos fuera de casa con una influencia cristiana muy fuerte. Con siete años, tenía una profesora a punto de jubilarse que era muy cristiana, con ese aura de beata hipócrita de mierda marca de la casa. Nos decía, literalmente: 'ahora no lo permiten, pero si pudiera os vapulearía'. Era malvada, y me detestaba.
El satanismo en la cultura pop no tiene que ver con el Mal de la Biblia, sino con todo lo libertario y progresista
El autoritarismo en la escuela y los profesores rancios es muy dañino.
De pequeño me di cuenta de que ciertos abogados del bien y la luz en mi vida eran todo lo contrario. Eran malvados, gente empoderada por el simple hecho de ser más viejos y que tomaban decisiones por mí. Entendí que el satanismo en la cultura rock y pop no se refiere al Mal de la Biblia, sino que tiene que ver con todo lo libertario y progresista, con una tierra redonda y no plana, con el civismo y la tolerancia. Mira el cristianismo: una religión en teoría 'buena' comporta conservadurismo y regresión. Esta paradoja es interesante. Por eso, en el escenario simulamos una ceremonia: los rituales son reconfortantes, por eso la gente ha perpetuado la iglesia a través de los siglos, aunque les haga sentir como una mierda. Nosotros queremos representar el autoritarismo y la religión de una forma divertida, sin la parte de la culpabilidad.
Por cierto, en 2019, cuando fuisteis teloneros de Metallica, te tomaste unas birras en el Hell Awaits, que es un bar heavy del Raval, clásico de los bares de rock de Barcelona. ¿Volverás esta vez?
¡Posiblemente! Me gustaría, no sé si tendré tiempo, sin embargo. A menudo no tengo tiempo ni de ver a los grupos que me gustan, no sé si podré ver a Pet Shop Boys o Depeche Mode. Pero me gustaría volver, ¡es un bareto muy bonito!
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